'Va por México': la oposición ganó más curules, pero perdió 15 estados
La coalición PAN-PRI-PRD no ha logrado hasta ahora que los beneficios electorales se repartan de manera equitativa: el partido que pone el candidato tiende a capitalizar más réditos.
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'Va por México': pierden estados y votos, pero ganan curules y alcaldías. | Ariana Pérez
A dos años de haberse formado, la alianza integrada por PAN, PRI y PRD se enfila a la selección de la persona que será abanderada presidencial con resultados variopintos.
En 2021, lograron pasar de 149 a 199 diputados federales, pero a lo largo de dos años perdieron 15 de 19 gubernaturas.
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Mientras en la Ciudad de México gobiernan nueve de 16 alcaldías, Va por México no ha logrado que los beneficios se repartan de manera equitativa entre los tres integrantes. En los pocos triunfos estatales, los socios secundarios siempre pierden.
La eficacia electoral de la coalición opositora, con sus distintas versiones estatales, ha arrojado resultados mixtos que distan de garantizar que, hacia los procesos de 2024, 1 + 1 + 1 dé un resultado de 3.
Las bases electorales de cada uno de los partidos, PAN, PRI y PRD, fueron acostumbradas durante más de tres décadas a desconfiar o rechazar a las otras organizaciones políticas por los mismos dirigentes que ahora les piden entregarles su respaldo, llamar a votar por ellos e incluso comprometer tiempo y esfuerzos haciendo campaña a su favor.
En su primera experiencia a nivel federal, en 2021, el tripartito fracasó en incrementar su porcentaje de votos, pero sí logró maximizar el rédito en curules, aunque en la distribución de beneficios el PAN se llevó la mayor tajada.
En ámbitos locales, sin embargo, esos partidos han perdido votos en 24 de 32 estados.
En ningún caso, además, se observó un beneficio compartido para los tres miembros de la coalición, pues en siete de los ocho casos en los que, en alianza tripartita, alguno logró incrementar su votación, lo hizo a costa de los otros dos.
En 20 estados, además, la coalición obtuvo menos sufragios que en la ocasión precedente, tanto en conjunto como en lo individual.
Sólo se sale de la norma Ciudad de México, en donde PAN y PRI lograron aumentar sus votos tanto como para compensar el colapso del PRD, pero no para ganar el Congreso local.
Congreso federal: mismo porcentaje, más diputados
Las legislativas federales de 2021 comprobaron que los partidos unidos pueden maximizar los réditos de su votación. En conjunto, no lograron el objetivo de aumentar su porcentaje de la votación total, pues obtuvieron un 41.03 por ciento, tres décimas menos que el 41.39 por ciento de 2018.
Esto, como resultado de una pérdida neta de votos (de 22.3 millones a 19.5 millones) semejante al decrecimiento de la participación.
Sin embargo, concurrieron en tripartito en 219 de los 300 distritos electorales federales y en muchos de ellos, donde un partido no logró vencer a Morena, unidos sí lo consiguieron y esa votación se tradujo en un importante aumento de legisladores, de 149 a 199: una tercera parte más.
Los beneficios, sin embargo, no fueron repartidos de manera equivalente al éxito de su desempeño. El PRI sí aumentó su porcentaje individual en 1.14 por ciento, bastante más que el 0.2 por ciento del PAN, de manera que ambos partidos quedaron casi empatados en votos, con 8.96 millones el blanquiazul y 8.71 millones el tricolor.
Pero, aunque creció su representación legislativa, de 45 a 70 curules, por cada tres diputados priistas hay más de cuatro panistas. Los azules también obtuvieron ganancias importantes en diputaciones, de 81 a 114.
Para el PRD, por otro lado, la coalición no sirvió para detener la sangría que sufre desde su momento climático en 2012, y prosiguió su colapso al perder en 2021 dos de cada cinco votos recibidos en 2018. En diputados, pasó de 21 a 15.
En resumen: la coalición no creció en porcentaje de votación, pero sí ganó en curules porque aprovechó mejor sus sufragios; aunque el PRI fue el que más aportó en crecimiento porcentual a la coalición, el PAN resultó el mayor beneficiario; mientras que al PRD no le sirvió de torniquete de emergencia.
Los socios secundarios siempre pierden
La principal promesa de la coalición en las elecciones de 2021 había sido arrebatarle al presidente el control del Congreso. En realidad, solo le complicó aprobar reformas que requieren mayoría calificada de 66.7 por ciento de los legisladores, que nunca tuvo, pero que ahora le quedaba más lejana, sin lograr arrebatarle la mayoría absoluta.
De cualquier forma, el tripartito opositor ganó 50 curules gracias a este desempeño más eficiente y con eso declaró la misión cumplida.
A esto también le ayudó haber impactado en el bastión de la izquierda, que parecía inexpugnable, la Ciudad de México, en la que ganó nueve de 16 alcaldías, y creció significativamente sus votos en conjunto de un millón 688 mil a un millón 821 mil (el PAN, de 720 mil a un millón 30 mil; el PRI de 458 mil a 582 mil) a pesar de que el PRD perdió tres de cada cinco de sus antiguos sufragios (de 508 mil a 208 mil).
En la capital del país, el descontento de las clases medias y el atractivo de la unidad parece haber convencido al electorado opositor de votar a partidos que antes consideraba inaceptables.
La historia ha sido muy distinta, sin embargo, en la mayoría de las elecciones locales del resto del país, pues los partidos de Va por México han perdido en 24 de 32 estados, y son pocos los casos en los que ir de la mano les ha permitido ganar o resistir ante la fuerza de Morena (y de Movimiento Ciudadano), o perder menos votos.
Y la coalición no beneficia o perjudica a todos por igual: quien conduce la coalición con candidato propio a la gubernatura o como partido principal tiende a concentrar los réditos, aunque sean escasos, mientras que sus aliados invariablemente pierden votos.
En resumen: en los pocos procesos locales en los que Va por México ha ganado, los socios secundarios siempre han perdido.
Fracasos en los estados
Esto ocurrió así en donde el PAN ha dirigido un tripartito exitoso, Aguascalientes y Chihuahua: vio aumentar su votación mientras PRI y PRD cayeron. Lo mismo, cuando el PRI lo encabezó, en Coahuila y Durango vino un perjuicio para PAN y PRD.
Además, en donde el PAN se siente particularmente fuerte, se ha presentado sin sus aliados para dejarlos perder solos: en Guanajuato, Querétaro y Yucatán. En otros 15 casos, el tripartito ha fracasado.
De ellos, el PRI ha encabezado nueve, de los que ha logrado mejorar su votación individual en cuatro (Campeche, Estado de México, Sonora, Tlaxcala), mientras que PAN y PRD la han visto empeorar. Las tres organizaciones, unidas bajo el tricolor, perdieron también en Colima, Hidalgo, San Luis Potosí, Sinaloa y Zacatecas.
También han caído, con liderazgo panista, en Baja California, Baja California Sur, Tamaulipas y Veracruz. Y con el del PRD, en Michoacán y Tabasco.
Por separado, tampoco
Con la excepción ya mencionada de Querétaro, Guanajuato y Yucatán, cuando PRI y PAN han ido por separado (con o sin el PRD colgado de uno o de otro), la derrota fue inevitable: en seis estados, los tres partidos perdieron votos: Chiapas, Jalisco, Nayarit, Oaxaca, Puebla y Quintana Roo.
Solo en dos, aunque fracasaron, al menos uno de ellos pudo mejorar levemente su resultado: el PRI en Guerrero y el PAN en Morelos.
En Nuevo León, finalmente, se observó una anomalía: el candidato de Movimiento Ciudadano, Samuel García, ganó la gubernatura, pero su partido fue aplastado en el Congreso local por PAN y PRI. Fue el único estado en el que, concurriendo por separado, ambos subieron sus votaciones (aunque el PRD volvió a caer, como en absolutamente todos los estados).
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