El peor infanticidio de la historia de España: El exorcismo de Almansa
La madre de la infante extirpó los órganos de su hija de 11 años porque ‘estaba embarazada de un demonio’.
El caso Alcàsser, una seria documental estrenada a mediados del año pasado en Netflix. Es la exposición de uno de los crímenes más sonado de nuestra historia. Con el film recordamos las asesinato de Toñi, Miriam y Desirée, la pieza de Elías León Siminiani que sirvió para ver algunos debates que en 1992 no llegaron a producirse, relacionado sobre todo con la perspectiva de género, que en aquel el momento se dejó totalmente de lado, así como el tratamiento mediático.
Fue en 1990 cuando se produjo otro asesinato, el cual seguramente actualmente brindaría a los medios la tesis: “el exorcismo de Almansa”. Tuvo lugar en la localidad de Albaceteña de Almansa, en cual habitan poco más de 20 000 habitantes, el 18 de septiembre.
El 20 de septiembre de 1990 se publicaba en El País una pieza que decía: “Rosa Fernández Gozálvez, de 11 años de edad, murió en la madrugada del martes en la localidad de Almansa, después de que su madre, una tía carnal de esta y dos vecinas, hermanas entre si, la sometieran a un ritual satánico y le extranjeran los intestinos con las manos, según manifestó el juez José Rafael Cuesta. La madre declaro que su hija está embarazada por el demonio".
Rosa Gonzálvez Fito, madre de Rosita la pequeña que perdió la vida durante el ritual satánico, era conocida como una curandera de la zona quien en ese entonces tenía 36 años. Gracias a sus supuestos dotes con la imposición de manos o la fabricación de ungüentos y brebajes, Rosa iba ganando cada vez más la fama como una prestigiosa mujer. Sus dotes lograron que su marido Jesús Fernández Pina dejara su trabajo como zapatero y se dedicara a apoyarla en sus labores rituales. Era apodada como “La Hermana de la Luz” Miradora y Sanadora.
En aquella época en España se comenzó a correr el rumor que afirmaba que los mejores curanderos eran los que trabajaban en pareja de hermanos por lo que con la finalidad de avivar y perfeccionar sus sesiones, Rosa embarcó a su hermana menor, Ana, en la empresa con la finalidad de formar un tándem de curanderas. Pese a que no hacía gran cosa le sumaba prestigio a sus sesiones.
Una de las personas más devotas a Rosa era María de Los Ángeles Rodríguez, una vecina de la localidad que visitaba frecuentemente las sesiones de la curandera. Versiones informan que iniciaron una relación sexoafectiva rodeada de secretos y esoterismo. La intención de Rosa era convencerla para que, junto a su hermana, María Mercedes, participarán de las sesiones de curanderismo, fundando una consulta de dos pares de hermanas: Rosa y Ana por un lado y María de Los Ángeles y María Mercedes por otro.
La noche del 15 de septiembre del año en cuestión, los dos pares de hermanas salieron a cenar por el pueblo. Tras la velada, Rosa seguro que se sentía mal por lo que las cuatro terminaron yendo a uno de los cuartos de su casa, iniciando lo que sería, para los medios de la época, la “orgía satánica” que acabaría con la vida de la pequeña Rosita.
Según investigadores informan que las cuatro tomaron sustancias psicotrópicas recolectadas por las propias por la propia Rosa gracias a sus conocimientos de las hierbas y sus propiedades. Se dice que Rosa se acostó con su amante e invitó a las hermanas a que miraran. Al amanecer la pareja salió a recolectar más plantas para continuar drogándose, se informa que en ese momento Ana, la hermana de Rosa, se marchó asustada.
Según crónicas de la época lo que continuó fueron orgías y rituales en las que intervinieron incluso elementos escatológicos. En una de sus alucinaciones se dice, que le metieron los dedos en la garganta a los dos hijos de María Ángeles hasta hacerlo sangrar, decían que tenían al maligno dentro y que debían librarlo de él. El padre de los niños, Martín Toledo, fue a la casa y se los llevo. La madre se quedó allí.
Después de tres días de confinamiento, el 18 de septiembre, María Ángel estuvo la regla y empezó a sangrar. Rosa interpretó la acción como una posesión demoniaca por lo cual empezó a darle puñetazos y patadas. Para detener esa acción, María Ángeles culpó a Rosita diciendo que estaba embarazada del diablo. En ese momento la curandera ordenó a sus acompañantes que sujetaran a la niña por las extremidades e introdujo los dedos por el recto (otras fuentes dicen que por la vagina) y comenzó a sacarle las entrañas. Los medios de la época realizaron piezas que pueden ser encontrados en la página web como ‘Criminalia’, en las cuales revelaron multitud de supuestos datos escabrosos del momento, como las últimas palabras de la menor o detalles y conjeturas sobre lo que pudo haber ocurrido en ese cuarto.
En febrero de 1992, la Audiencia Provincial de Albacete hizo pública la sentencia del caso. Ninguna de las tres mujeres fue impune dado a su estado mental en el momento de los hechos.Dos fueron internadas en un centro psiquiátrico del que no podían salir sin autorización judicial y una tercera quedó en libertad.
Según narraciones de la época se confirma que durante aquellos años no sólo era Rosa la que practicaba el curanderismo sino que era una tradición de la localidad albaceteña.
La crudeza de la historia aún en pleno siglo XXI sorprende no sólo por el cruel acto realizado a la menor, sino también por el motivo por el cual se le realizó. Un hecho que continúa dando de qué hablar y que sin duda dejará incertidumbre, dudas y suposiciones que probablemente no podrán ser nunca resueltas.
Con información de Vice
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