Estresarte por sexo podría desencadenar ansiosexualidad; qué es y como afecta tu relación
El estrés o la ansiedad podría provocar una afección en el deseo sexual de una persona, por lo cual se podría crear una incapacidad de sentir satisfacción a consecuencia de la constante preocupación.
La denominada 'ansiosexualidad' abarca a todas esas personas quienes consideran cualquier problema o preocupación es incompatible con su vida sexual.
Para muchas personas, el deseo sexual puede verse afectado por el estrés o la ansiedad. A su vez pueden convertirse incapaces de sentir satisfacción por un constante preocupación.
"Las personas que viven el sexo con agustia son aquellas que hacen una lectura de su reacción física como de ansiedad", explicó la psicóloga especializada en terapia de parejas, Melania Figueras.
La especialista añadió, "Al igual que a las personas que les da miedo hablar en público, la excitación también puede interpretase como ansiedad por algunos".
Sobre el fenómeno, además añadió "te lees a ti mismo con el deseo sexual y lo anticipas como algo negativo ('el/la otra se decepcionará, no llegaré al orgasmos, no sabré darle placer, etc.) Yo diría que las personas altamente sensibles y los fóbicos son los grupos más propensos a ser ansiosexuales, a no utilizar el sexo como relajante sino como todo lo contrario"
Sin embargo aclara que no se trata de sentirse feo o indeseable, sino más bien de cosas puntuales que se relacionan con una "percepción de exigencia en el otro, con el afán de ser perfeccionista".
“La gente evita el sexo por tener malestares gastrointestinales y pensar que en el peor momento pueden soltar un eructo o flatulencia. El miedo al olor corporal hace ya que muchos pidan una ducha antes del sexo y algunas mujeres evitan llegar al orgasmo por miedo a soltar fluidos o mojar las sábanas”, ejemplifica la psicóloga.
En otros casos, las personas se “autoscensuran” al momento de expresarle a su pareja sus fetiches o incluso renuncian a tener relaciones sexuales, porque no se atreven a poner en práctica lo que realmente los excita.
“A menudo, acaban renunciando al sexo compartido, porque piensan que sus fantasías son demasiado malas o transgresoras”, apuntó.
“Un ejercicio que les pongo a las personas que sufren de ansiedad, es que deben buscar momentos libres de angustia y hacerlos crecer, aumentarlos, saber que la ansiedad no trabaja las 24 horas del día, que hay pequeños oasis de paz”, señala la psicóloga.
De este modo, les aconseja hacer pausas de 10 minutos en su diario vivir, para hacer ejercicio físico, llamar a un amigo, escuchar música o hacer cualquier actividad que los relaje.
“Si la ansiedad sexual viene porque no sienten lo suficiente y el sexo no proporciona el placer que debería, hay que buscarlo en la autoexploración; y si lo que nos estresa es no pasar el examen con un 7, las diferentes técnicas de relajación ayudan mucho“, reflexiona la psicóloga.
Finalmente, la especialista aconseja otro ejercicio llamado “los preliminares de 24 horas”. “Desde el día anterior a la relación, hay que tener pequeños gestos que fomenten el deseo: caricias, miradas en el espejo, mensajes eróticos, leer libros excitantes o ver porno para reconducir ese desasosiego hacia el sexo”, precisa.
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