Hombre recibe transplante de rostro y manos tras sufrir quemaduras en el 80% de su cuerpo

La medicina cada vez está más avanzada y aunque a veces puede significar un gran reto, quien está dispuesto a tomarlo puede salir victorioso y gozar de sus beneficios.

Tal fue el caso de Joe DiMeo, de 22 años de edad, quien nunca perdió su positivismo pese al accidente automovilístico que sufrió y lo dejó quemaduras en el 80 % de su cuerpo.

DiMeo conducía a casa después de una jornada de trabajo cuando se quedó dromido al volante, hecho que provocó que su auto chocara, se volcara y posteriormente se incendiara. Por fortuna, un hombre que vio el accidente logró sacarlo del auto. El héroe, se trata del cantante estadounidense de R&B, Ted Wizard Mills, vocalista principal del grupo Blue Magic.

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Al ser trasladado al hospital, la víctima despertó tres meses y 20 cirugías reconstructivas después.

El trágico accidente tuvo como consecuencia que amputaran sus dedos debido a las graves quemaduras,no tenía labios y los parpados estaban completamente fundidos. "Hicieron lo mejor que pudieron hacer por mi", afirmó Joe a la revista People.

Pese a la tragedia y los cambios que esta había traído a su vida y su aspecto fisico, Joe se mantuvo fuerte y positivo, pues existía la posibilidad de una cirugía más que pudiera mejorar su rostro y manos.

Uno de los cirujanos plásticos contactó al Dr. Eduardo Rodríguez, un experto de renombre a nivel mundial en cirugía plástica reconstructiva para ver la posibilidad de un transplante.

Aunque las esperanzas eran muchas, los riesgos también. Pues, si bien existían 50 transplantes de rostro en el mundo y 100 transplantes de mano, nunca se habían relizado con éxito al mismo tiempo.

Entre los riesgos que existen para que la cirugía fracase son: infecciones, insuficiencia vascular luego de conectar los vasos sanguineos e incluso que el cuerpo del paciente rechace el transplante después de la cirugía.

“Cuando hablamos de la posibilidad de hacer tanto las manos como la cara, tuve que hacerle saber que esto se ha intentado dos veces en el mundo y ambos han fallado, y de hecho uno de esos pacientes murió”, le comentó Rodríguez a la revista PEOPLE. “Él entendía los riesgos que estaban involucrados y sabía que se trataba de una cirugía de vanguardia que no había tenido éxito en el pasado, pero tenía la mayor fe en todos nosotros”.

Aunque la espera fue por más un año para encontrar un posible donante y la angustia tras llegada del covid-19, el cirujano logró encontrar el donador.

“Fue estimulante. Tenía que asegurarme de que este paciente era el donante ideal para Joe, pero con cada paso que daba, empezaba a sentirme mejor. Y cuando identifiqué que este es el donante perfecto para Joe, fue realmente emocionante porque ahora todo nuestro equipo, que se capacitó durante casi un año, está listo para brindarle a Joe la oportunidad de que su vida vuelva a la normalidad“

Para lograr el objetivo, conectaron dos huesos, 21 tendones, cinco venas, dos arterias y tres nervios principales para trasplantar las manos y la cara del donante a DiMeo. La cirugía tomó solo 23 horas, un tiempo “históricamente” rápido, según comentó Rodríguez, cuyos trasplantes de cara anteriores fueron de 24 a 25 horas. Fue “navegar sin problemas”.

“Cuando completamos esta operación y miré a Joe con una nueva cara y dos brazos que se ven perfectos, estaba tan orgulloso de este equipo que se unió, y más aún a través de esta gran crisis de salud que ninguno de nosotros ha experimentado nunca, y lo logramos“

DESPUÉS DE LA CIRUGÍA

Días después Joe DiMeo despertó y asistió a rehabilitación para recuperar la movilidad de sus manos. De la misma forma, el Dr. lo monitoreó semana tras semana para asegurarse que no existiera un rechazo a los transplantes por parte de su cuerpo, pero "cada semana mejora".

Ahora, Joe puede ducharse solo, lavarse las manos, jugar billar y realizar actividades que antes de su cirugía no podía.

“Me siento realmente agradecido”, dijo DiMeo. “Puedo sentir el pelaje de mi perro, o cuando lame mi palma, y eso me hace feliz. Son las pequeñas cosas que haces todos los días, y no sabes que se han ido hasta que las pierdes”.

ANTES Y DESPUÉS