Adam Walsh, el niño secuestrado en un centro comercial que inspiró el Código Adam

El 27 de julio de 1981, la madre de Adam, Revé Walsh, fue de compras con su hijo a un centro comercial en la localidad de Hollywood, Florida. Revé dejó a Adam en un lugar que promocionaba los videojuegos Atari, donde había varios niños turnándose para jugar. Cuando fue a buscarlo unos minutos después, ya había desaparecido.

Un guardia de seguridad del centro comercial relató que el grupo de niños se encontraba peleando, y que por ello tuvo que sacarlos por la puerta de atrás de una de las tiendas.

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Ante esto, aparentemente Adam no supo que hacer y se habría salido junto a ellos.

Al pasar de las horas, y al no encontrar al menor, su familia y las autoridades empezaban a especular sobre un secuestro, por lo que extendieron el aviso de una recompensa por información que ayudara a dar con su paradero.

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Catorce días después de su desaparición se encontró parte del cuerpo de Adam en un canal de drenaje en Vero Beach, junto a la autopista de Florida, a 190 kilómetros de aquel centro comercial donde había sido visto con vida por última vez.

El perito forense al que se le encomendó el caso dictaminó que la muerte databa de varios días atrás y que la causa había sido asfixia. Los buzos enviados al lugar no pudieron encontrar el resto del cuerpo.

El 21 de octubre de 1983, el asesino en serie, Ottis Toole confesó el asesinato de Adam Walsh. Afirmó haberlo secuestrado, violado, y matado.

Semanas después que Toole hizo tal confesión, la policía que investigaba el caso anunció que ya no lo consideraban como sospechoso.

A pesar que Toole fue condenado a cadena perpetua por múltiples asesinatos, jamás fue sentenciado por el asesinato de Adam Walsh.

Después de que el padre de Adam, John Walsh, realizó su propia investigación, finalmente la policía anunció que estaban completamente seguros de que Toole era el asesino. El caso fue cerrado el 16 de diciembre de 2008, pero nadie pagó por el crimen.

A raíz de la muerte de su hijo, John Walsh, dio un giro de 360 grados a su vida, pues se convirtió en un abogado especializado en asesorar víctimas de crímenes violentos y en defensor de los derechos humanos.

El 10 de octubre de 1983 se estrenó la película Adam, que fue vista por 40 millones de personas, y la cual mostraba el caso de 55 niños desaparecidos, 13 de ellos encontrados tras la difusión del film.

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La repercusión que tuvo este atroz crimen llegó hasta el Congreso de los Estados Unidos, quienes aprobaron la Ley de Protección y Seguridad Infantil Adam Walsh en julio de 2006, misma que fue firmada por el presidente George W. Bush.

Dicha ley proponía crear una base nacional de datos de pedófilos condenados, agravaba las sanciones para delitos sexuales y violentos contra menores y creaba canales de acción contra estos criminales.

Además, el activismo de los padres de Adam dio pie a la creación del llamado “Código Adam”, el cual es un protocolo específico para localizar con rapidez a niños que se reportan como extraviados en un centro comercial o edificio público o privado.

El primero en hacerlo fue Walmart, en 1994, y lo siguieron noventa mil establecimientos más en los Estados Unidos, desde supermercados hasta museos. Esto hacía que cuando se emitía el “Código Adam” porque había un niño perdido, inmediatamente se bloqueaban todas las salidas del lugar y se apostaba un empleado de la compañía en cada puerta mientras la descripción del menor se transmitía por un sistema de comunicación interna. 

Este protocolo fue el precursor de lo que luego evolucionó en lo que hoy se llama Alerta Amber: otra forma de actuar que vino a mejorar la rapidez y la comunicación de las desapariciones de menores luego del asesinato de Amber Hagerman, de 9 años, en 1996.

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