Gregorio Alanís, ‘El niño del violín’ que por las madrugadas toca bellas melodías en el Panteón Del Carmen
El pequeño murió a la temprana edad de 13 años y se dice que si prestas atención podrás oír un melodioso sonido en el camposanto.
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Gregorio Alanís, ‘El niño del violín’ que por las madrugadas toca bellas melodías en el Panteón Del Carmen
ESPECIAL.- Los camposantos encierran muchos misterios, aunque es un lugar en donde descansan los difuntos también hay presencias sobrenaturales.
Uno de los más famosos en Monterrey es el panteón Del Carmen, debido a la aparición del pequeño Gregorio Alanís González, quien con su violín toca en las madrugas unas bellas melodías.
El menor nació en el poblado de El Cercado, municipio de Santiago, el 17 de noviembre de 1895 y era hijo de Ramón Alanís Tamez y de Manuelita González.
Desde temprana edad demostró que tenía vocación musical e interpretaba con destreza piezas clásicas, por lo cual su familia le compró un costo violín Stradivarius y muy pronto fue conocido en el pueblo como ‘El Niño Virtuoso del Violín’.
Un día el pequeño enfermó gravemente de tuberculosis y al no resistir lamentablemente murió a los 13 años el 13 de agosto de 1908.
Para honrar a Gregorio, sus padres decidieron mandar a construir una escultura de mármol blanco a semejanza de su hijo.
En su sepulcro se puede observar la figura del adolescente, la cual llama la atención por su realismo.
Se dice que si te encuentras cerca del panteón aproximadamente entre la 1:00 y 3:00 de la madrugada puedes escuchar bellas melodías interpretadas con un violín, aunque aclarando no sucede diariamente.
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ESPECIAL.- Los camposantos encierran muchos misterios, aunque es un lugar en donde descansan los difuntos también hay presencias sobrenaturales.
Uno de los más famosos en Monterrey es el panteón Del Carmen, debido a la aparición del pequeño Gregorio Alanís González, quien con su violín toca en las madrugas unas bellas melodías.
El menor nació en el poblado de El Cercado, municipio de Santiago, el 17 de noviembre de 1895 y era hijo de Ramón Alanís Tamez y de Manuelita González.
Desde temprana edad demostró que tenía vocación musical e interpretaba con destreza piezas clásicas, por lo cual su familia le compró un costo violín Stradivarius y muy pronto fue conocido en el pueblo como ‘El Niño Virtuoso del Violín’.
Un día el pequeño enfermó gravemente de tuberculosis y al no resistir lamentablemente murió a los 13 años el 13 de agosto de 1908.
Para honrar a Gregorio, sus padres decidieron mandar a construir una escultura de mármol blanco a semejanza de su hijo.
En su sepulcro se puede observar la figura del adolescente, la cual llama la atención por su realismo.
Se dice que si te encuentras cerca del panteón aproximadamente entre la 1:00 y 3:00 de la madrugada puedes escuchar bellas melodías interpretadas con un violín, aunque aclarando no sucede diariamente.
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