Metal que se repara solo asombra a científicos; esto sabemos
Este experimento confirma que los metales tienen su propia capacidad intrínseca y natural para curarse a sí mismos.
Un trozo de metal con grietas se reparó a sí mismo durante el experimento Sandia hecho por un equipo de National Laboratories y Texas A&M University.
El hallazgo fue publicado en la revista Nature donde Brad Boyce, líder del equipo, declaro que esto confirma la capacidad de los metales para curarse a sí mismos.
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“Lo que hemos confirmado es que los metales tienen su propia capacidad intrínseca y natural para curarse a sí mismos, al menos en el caso de daño por fatiga a nano escala”, explicó el científico.
La fisura que el equipo vio repararse fue una fractura por fatiga en los metales un desgaste que sufren las máquinas durante su vida útil, son imperceptibles al ojo humano y son provocadas por el estrés, la tensión o el movimiento al que están sometidas.
El descubrimiento
En 2013 Michael Demkowicz, científico de la Universidad de Texas A&M, trabajó en un estudio que predijo que este tipo de curación de nanofisuras podría ocurrir, impulsada por los diminutos granos cristalinos dentro de los metales.
El experimento Sandia solo tenía por intención evaluar las gratis; los científicos tomaron una pieza de platino y la pusieron bajo un microscopio electrónico y la fueron estirando repetidamente de los extremos del metal 200 veces por segundo.
Aproximadamente 40 minutos después de iniciado el experimento, las grietas empezaron a desaparecer. Un extremos de la grieta se fusionó con otro como si estuviera volviendo sobre sus pasos, sin dejar rastro de la lesión anterior.
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¿De qué sirve el descubrimiento?
Esto podría reducir el esfuerzo y los costos de reparar metales con pequeñas fracturas, dijo Boyce.
“Cuando fallan, tenemos que lidiar con los costos de reemplazo, el tiempo perdido y, en algunos casos, incluso con lesiones o pérdida de vidas. El impacto económico de estas fallas se mide en cientos de miles de millones de dólares cada año”, aseguró.
Sin embargo, aún no hay certeza de cómo sucede esto o cómo se podría usar, y si se piensa en los costos y esfuerzos necesarios para reparar puentes, motores o teléfonos, aún no se sabe cuánta diferencia podrían hacer los metales autorreparables.
“Es probable que la medida de estos hallazgos sean generalizables se convierta en un tema de investigación exhaustiva, hemos visto que esto sucede en metales nanocristalinos en el vacío. Pero no sabemos si esto también se puede inducir en los metales convencionales en el aire”, dijo Boyce.
LYA
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