Rituales satánicos, lo que esconde este hospital abandonado
El Hospital Naturista, ubicado en Ciudad Madero, Tamaulipas, es el lugar preferido de jóvenes, delincuentes y satánicos.
TAMAULIPAS.- El Centro de Rehabilitación Juan Álvarez Díaz, conocido, hasta la fecha, como el Hospital Naturista, inaugurado en Ciudad Madero, Tamaulipas en 1984, y el cual cerró cinco años después de su apertura, actualmente es el lugar predilecto para realizar todo tipo de actividades, desde fiestas, pasando por delitos, y hasta rituales satánicos.
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En su apertura, el hospital contaba con los equipos más avanzados de su época, ofrecía las mejores tendencias en nutrición, y brindaba diferentes terapias.
Sin embargo, tras su cierre, en 1989, el lugar se convirtió en un mar de anécdotas pues a pesar de contar con guardias de seguridad, los pobladores lograban escabullirse y realizar todo tipo de actividades.
El inmueble se convirtió en el lugar perfecto para realizar fiestas clandestinas, a escasos metros del mar, llegó a ser el escondite perfecto para delincuentes y el espacio adecuado para realizar todo tipo de rituales satánicos.
A la fecha, en las paredes del lugar se pueden apreciar pentagramas, frases satánicas y todo tipo de dibujos o elementos extraños, como zapatos y tenis pegados en el techo, así como sangre y cadáveres de animales.
ZNR
TAMAULIPAS.- El Centro de Rehabilitación Juan Álvarez Díaz, conocido, hasta la fecha, como el Hospital Naturista, inaugurado en Ciudad Madero, Tamaulipas en 1984, y el cual cerró cinco años después de su apertura, actualmente es el lugar predilecto para realizar todo tipo de actividades, desde fiestas, pasando por delitos, y hasta rituales satánicos.
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En su apertura, el hospital contaba con los equipos más avanzados de su época, ofrecía las mejores tendencias en nutrición, y brindaba diferentes terapias.
Sin embargo, tras su cierre, en 1989, el lugar se convirtió en un mar de anécdotas pues a pesar de contar con guardias de seguridad, los pobladores lograban escabullirse y realizar todo tipo de actividades.
El inmueble se convirtió en el lugar perfecto para realizar fiestas clandestinas, a escasos metros del mar, llegó a ser el escondite perfecto para delincuentes y el espacio adecuado para realizar todo tipo de rituales satánicos.
A la fecha, en las paredes del lugar se pueden apreciar pentagramas, frases satánicas y todo tipo de dibujos o elementos extraños, como zapatos y tenis pegados en el techo, así como sangre y cadáveres de animales.
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