Catalogados como Patrimonio Cultural de la Ciudad de México, los organilleros mantienen viva una tradición que se ha transmitido de generación en generación.
Expertos en la protección del patrimonio cultural propusieron crear un fideicomiso y aplicar políticas públicas para la conservación del centro histórico de Zacatecas, así como atender los problemas jurídicos de los centenarios inmuebles.