Gendarmería vigilará el patrimonio cultural
La corporación ha realizado operativos contra delitos ambientales en la reserva de la Monarca en Michoacán y la pesca de la Totoaba, entre otros.
A tres años de su creación, la Gendarmería de la Policía Federal suma una nueva tarea a su misión: tutelar el patrimonio cultural en acuerdo con instituciones como el Instituto Nacional de Antropología e Historia y el Instituto Nacional de Bellas Artes.
Hoy, en víspera de su tercer aniversario, 20 efectivos de la corporación serán los primeros en ser capacitados para investigar delitos relacionados con el patrimonio artístico y cultural, tutelaje de bienes y recuperación de los mismos, incluso en el extranjero.
Así lo adelantó Benjamín Grajeda, comisario general jefe de la séptima División de la Policía Federal, como también se llama la Gendarmería.
“La idea es iniciar conformando una base de datos robusta donde esté reflejado todo el patrimonio cultural que pueda ser susceptible de daño o de robo”, explicó.
Esta tarea se suma a las que tiene desde su creación el 22 de agosto de 2014: resguardar ciclos productivos de la economía, protección de áreas naturales, apoyo en zonas con debilidad institucional y proximidad social.
En tres años la Gendarmería ha realizado más de 26 operativos contra delitos ambientales en la reserva de la Monarca en Michoacán, contra la pesca de la Totoaba en el alto Golfo de California, contra la tala ilegal y por la protección de la vida silvestre.
También ha combatido el robo de combustible por huachicoleros y la extracción de monómero de estireno en Tamaulipas, y trabaja en lugares donde la delincuencia organizada amenaza sectores como el industrial, minero, agrícola, pesquero, ganadero y turístico.
Asimismo, ha protegido trenes en el Bajío y en Jalisco. En Ocotlán sufrió una de sus bajas más duras con la muerte de cinco elementos emboscados por el narco.
—¿Cómo llega la Gendarmería a su tercer aniversario?
—Creo que el balance es muy positivo. La Gendarmería fue concebida para sumar a las demás divisiones de la Policía Federal; en ese sentido, el trabajo de los compañeros y la presencia en los despliegue en los lugares donde hemos estado han sido positivos y muy bien recibido.
—Esta corporación de seguridad es la más nueva del Estado mexicano, ¿cuál es la edad de sus elementos?
—El promedio está entre 28 y 30 años, eso nos hace la división más joven de la PF; además, es una mezcla muy rica de experiencia, porque también tenemos mandos con mucho tiempo, quienes fueron los primeros que conformaron la corporación y que fueron capacitados por la Gendarmería francesa y la Policía Nacional de Colombia.
El resto de elementos, la escala básica, se conforma de ciudadanos que venían de la vida civil. Fueron más de 130 mil quienes hicieron una solicitud para entrar a la Gendarmería, unos 8 mil entraron al curso inicial y, de esos, se quedaron los 5 mil que conforman la división.
—¿A qué atribuye la imagen positiva que han conseguido?
—La primera característica que tiene la Gendarmería es la proximidad social, lo que nos genera canales de comunicación para obtener información que, más tarde, se convierte en inteligencia social enfocada a desarticular redes delincuenciales. Con la proximidad social como bandera atendemos nuestras misiones.
—¿Cómo iniciaron los trabajos con temas ambientales?
—Una de nuestras atribuciones es atender ciclos productivos afectados por la delincuencia organizada. Otra atribución que adquirimos con la firma de un convenio con las autoridades ambientales como la Semarnat, la Comisión Nacional de Áreas Naturales y la Profepa es precisamente tutelar el derecho del ciudadano a vivir en un ambiente sano, donde los recursos naturales se exploten conforme a derecho.
Buscamos que los ciudadanos sepan que pueden visitar las áreas naturales y se van a sentir acogidos y seguros, porque hay presencia de la Gendarmería. Un ejemplo es la reserva de la Mariposa Monarca, donde tenemos presencia y, por ejemplo, hace poco rescatamos a una familia de chinos que se había extraviado.
—¿Alcanza la Gendarmería para el tamaño del país?
—Hemos tenido presencia en más de 25 estados, actualmente estamos en 15 y además tenemos la Coordinación de Inteligencia Operativa y la Dirección General de Unidades Estratégicas y Operaciones Especiales, que es la fuerza de reacción que nos permite desplegarnos a cualquier región donde nos necesiten. Solo entre 5 y 6 por ciento del personal de la Gendarmería atiende tareas administrativas.
— ¿Cómo conmemoran su tercer aniversario?
—Por instrucciones del comisionado de la Policía Federal, Manelich Castillo, más que celebrar vamos a evaluar en un foro que, por cierto, inicia mañana, cuáles han sido los alcances de la Gendarmería, sus áreas de oportunidad y también la prospectiva.
Una de las nuevas tareas es la protección del patrimonio cultural. Hoy 20 compañeros inician su capacitación en el INAH y el INBA.
La idea es iniciar conformando una base de datos de todo el patrimonio cultural que pueda ser susceptible de daño o de robo y que, en un momento dado, tengamos personal especializado en investigar este tipo de delitos y poder recuperar el patrimonio cultural, aunque esté fuera del país y regresarlo.
Lamentable, la estrategia de seguridad: Arquidiócesis
La Arquidiócesis de México consideró que la "estrategia triunfalista" de seguridad "pende de alfileres y es lamentable, porque los delitos van al alza y las autoridades dan palazos al viento sin atinar al objetivo", mientras que la "corrupción e impunidad son los ingredientes de la calamidad en la que nos encontramos".
El semanario Desde la fe, en su editorial, señala que "no hay día en el que no se conozca la muerte de una persona bajo circunstancias violentas, de gente común y corriente que, por lo general, no tiene relación alguna con el crimen, sino que más bien se convierte en víctima ante la imparable impunidad y el poroso sistema de justicia que no atina a castigar de forma ejemplar y ser disuasivo de la comisión de delitos, que por desgracia siguen al alza en muchos municipios y comunidades.
"Corrupción e impunidad son los ingredientes de la calamidad en la que nos encontramos. Las reformas en materia de seguridad ofrecían la panacea a nuestros males, pero solo abrieron la caja de pandora escribiendo la receta del desastre", consideró la Arquidiócesis.
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