Después de 11 años de buscar a sus dos hijos, a su yerno y uno de sus trabajadores que fueron secuestrados en Cadereyta, David Ibarra Ovalle murió sin conocer el paradero de ellos.
Algunas personas acudieron con sus familiares más cercanos o parejas, además de los turistas locales, quienes aprovechan la ocasión y por supuesto, la espectacular ofrenda.
Un monumental altar de muertos no pudo faltar en este evento, en el que las familias aprovecharon para tomarse la fotografía del recuerdo en los distintos espacios que fueron adornados.