Rublev, número 8 del mundo, empleó poco más de hora y media para deshacerse de un rival que sólo perdió en una ocasión el servicio y que llevó al límite al jugador ruso.
Los trabajadores de la capital encontraron trabajo en Canadá, Estados Unidos, Alemania y Nueva Zelanda, así como en hoteles de alta gama en distintos estados de la República.
Los estafadores se hicieron pasar por reclutadores de empleo y embaucaron a tractoristas y traileros de diversos puntos de Coahuila y Durango, e incluso de Guadalajara.