El mexicano, que posee un balance de 57 victorias (39 nocauts), dos empates y dos derrotas, no varió su semblante serio en todo el evento y se mostró esta vez más contenido respecto a su rival.
Álvarez recibió el apoyo de casi un centenar de aficionados mexicanos presentes en el El ‘Ká Theatre’ del MGM Grand, sede del último enfrentamiento entre ambos pugilistas frente a los micrófonos.