Ni papas fritas, ni pechugas empanizadas, pues el conflicto ha impulsado aún más los costes de la energía y la alimentación, lo que golpea sobre todo a los más pobres.
Anastasiia, Anna y Olga huyeron de Ucrania y se refugiaron en el circo Flip, una filial del de los hermanos Vázquez y ahora esperan el final de la guerra para volver a ver a sus familias.