El doctor decidió mezclar su propio esperma con el de un donante "primario" para lograr una "inseminación mejorada" debido a que los procedimientos originales no surtían efecto.
El embrión viable es apenas el tercero que se crea en un laboratorio con óvulos tomados de las hembras e inseminados con esperma congelado de machos muertos.
La conducta del canadiense Bernard Norman Barwin, de 80 años, fue calificada de "espantosa" y "reprensible"; también enfrenta una demanda de entre 50 y 100 nacimientos con el esperma erróneo, incluyendo 11 casos en los que usó el suyo.