Pertenecen al grupo criminal Los Popocas, organización considerada de alta peligrosidad por mutilar y abusar sexualmente de sus víctimas, la cual era dirigida por un interno de un reclusorio de la Ciudad de México.
En junio de 2019, la Iglesia católica de El Salvador creó una comisión especial para proteger a la niñez de abusos sexuales e investigar las denuncias contra sacerdotes involucrados