Una patrulla de Vialidad arribó con un alcoholímetro para realizarle la prueba del aliento a la responsable del siniestro, según el dispositivo sólo presentaba aliento alcohólico.
Entre la oscuridad, el brillo del negro pelaje del cachorro se destacó en la oscuridad. Una lengua de fuego lo iluminó y la bombera pudo verlo, asustado, con una mirada que lanzaba el mensaje inconfundible de que lo rescataran.