Ni siquiera especialistas predijeron que la tormenta se intensificaría sobre el océano Pacífico, lo que llevó a los pronosticadores a creer que sería como mucho, un huracán débil.
La mujer, identificada como Sayuri, narró que se tuvo que esconder junto a sus hijas en el baño luego de que el hotel desestimó la llegada del huracán.
Faustino relató que su autobús no pudo seguir su camino hacia Ciudad de México por lo inundada que estaba la calle; su familia no supo nada de él desde la madrugada en la el huracán azotó a Acapulco.