La victoria de Evo Morales en unas polémicas elecciones para un cuarto mandato como presidente de Bolivia desataron protestas en el país, que llevaron a su renuncia.
La Constitución boliviana establece que la sucesión del mando nacional recae primero en el vicepresidente, luego en el titular del Senado y después en el jefe de Diputados, pero todos ellos renunciaron junto con Morales.
El ex presidente instó al opositor Carlos Mesa, y al líder cívico Luis Fernando Camacho a "que asuman su responsabilidad de pacificar al país y garanticen la estabilidad política".
Opositores a Evo Morales habrían intentado vandalizar la sede diplomática mexicana, luego de que nuestro país ofreciera asilo político al depuesto presidente de Bolivia.