Antes de que los gobiernos de Estados Unidos y México decidieran cerrar -desde el fin de semana- la frontera terrestre para los viajes no esenciales, incluidos el turismo, ya se habían registrado las primeras cancelaciones por parte de los turistas.
Los grupos ecologistas dicen que las mascarillas usadas para prevenir el coronavirus han agravado el problema del cúmulo de basura marina generada por la ciudad, despertando también el temor a la propagación de los gérmenes.