Una heladería en la Ciudad de México decidió crear un sabor de halado utilizado como materia prima la flor de cempasúchil, sí esa que ponemos en el altar de muertos.
Hacer oraciones, dedicar palabras y ponerles las cosas que más les gustaban a sus difuntos fue la manera en la que se unieron para juntos disfrutar de la vida y honrar a sus muertos.
Javier Moreno comenta que desde hace 7 años tienen la tradición de instalar en su vivienda un altar de muertos que tenga presente a sus familiares que se adelantaron en el camino.
Con el colorido de esta tradición mexicana, ofrendas, alimentos, y las fotografías de los menores se edificó este altar en un área dedicada a la festividad.
Luis Villegas, integrante de esta familia, detalló que la planeación del mega altar comienza desde quince días antes de la conmemoración del Día de Muertos y toda la familia se involucra en la realización de la ofrenda.
La señora Carmen Escobar García comenta que es originaria de Ciudad de México, donde el día de los muertos es una fiesta y el altar se volvió una tradición desde hace varias generaciones.