Este patrón de comportamiento guarda una gran similitud con el que el Cártel empleó en Zacatecas cuando ingresó a las áreas rurales del municipio de Jerez, disfrazándose como contratistas gubernamentales encargados de obras viales.
El despliegue se ha dado en Michoacán, Sinaloa, Baja California, Guanajuato, Guerrero, Tamaulipas, Jalisco, Zacatecas y Colima, según los registros castrenses.