Los Mariachis, embajadores musicales de la tierra Azteca

Su vida trasciende entre melodías y folklore, entre fiestas y tragos, entre risa y llanto.

México no es lo mismo sin ellos. Esos embajadores musicales de la tierra Azteca, hombres y mujeres que al compás de un son, huapango o bolero, enaltece los más bellos sentimientos en apenas un par de acordes.

“El moño porque eres un regalo para el cliente, y como tal nadie quiere llevar nada sucio a su fiesta, vete bien arregladito, ponte el mono, arréglate bien, porque somos el regalo para el cliente”, relata Jorge Pérez, mariachi.

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Dentro del mismo México los gustos son diversos. Por ejemplo, en Monterrey no piden las mismas canciones que en otras ciudades. Aquí, el regio es romántico, al menos con el mariachi.

Pero ser parte de una agrupación musical conlleva conocer en primera fila historias de amor y desgracia. Algunas de ellas difícil de olvidar.

Ser mariachi es más que llevar la música mexicana al extranjero y a cada rincón de nuestro país. Es mantenerse en el gusto del público en medio de un sin fin de géneros urbanos, es subsistir a las pandemias, es aferrarse a esas melodías en la sangre, es llevar a México en la piel.

mvls