Parroquia de San José Chiapa, Puebla: refugio de Juan de Palafox y Mendoza
El santuario religioso fungió como hogar del beato Juan de Palafox y Mendoza en el año 1647.
En el municipio de San José Chiapa, su parroquia posee una historia importante para Puebla, ya que este recinto sirvió como refugio al obispo Juan de Palafox y Mendoza, humanista, político y escritor cuyas aportaciones al estado forjaron la cultura de Puebla.
El color intenso, sólido y fuerte de los muros contrasta sobre el blanco de los ornamentos de las columnas del templo. En ellas se encuentran detalles sorprendentes: el escudo de la familia Palafox y Mendoza y el escudo del obispo.
En entrevista para TELEDIARIO, José Juan Sánchez Vázquez, párroco de este templo, compartió que de 1640 a 1649 el ahora beato fue obispo de Puebla, sin embargo, en 1647 se dieron algunas complicaciones con el entonces virrey García Sarmiento de Sotomayor, la Inquisición y las autoridades del virreinato. Con el fin de no provocar más conflictos, el religioso decidió salir a escondidas sin compartir su destino.
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José Juan Sánchez Vázquez explicó que Palafox y Mendoza llegó a una hacienda que pertenecía a un conocido de nombre Juan Salas, ubicada en el ahora municipio de San José Chiapa, aunque estuvo en riesgo de morir tras caer a un río en su trayecto.
"Se dice que fue él quien bautiza esta hacienda con el nombre de San José de Chiapa; él estuvo aquí de julio a noviembre", comentó.
Señaló que desde entonces la gente de la demarcación le ha tenido cariño y devoción. Cabe señalar que la actual parroquia no es la que conoció el beato, sino una capilla de la hacienda. La parroquia cumplió 250 años, pues se empezó a edificar 100 años después de la llegada del beato Juan de Palafox y Mendoza.
"Fue terminada de construir el 25 de marzo de 1772. La hicieron en honor al beato. Si llegas a la entrada la fachada está llena de signos, por ejemplo, dos placas de mármol que hablan de la permanencia del beato en este lugar", indicó.
En la entrada, el párroco expresa que este inmueble tiene "una riqueza única", ya que fue construida con elementos parecidos a la Catedral de Puebla y está dedicada a San José.
La palmera de los milagros
Sobre el inmueble, en medio del atrio de la parroquia se encuentra una placa y de lado derecho una palma. Los escritos y la gente de la comunidad relatan que el obispo se refugiaba en la palma del sol, ahí oraba, leía y escribía. Con el paso del tiempo adquirió una importancia entre el pueblo.
José Juan Sánchez compartió que entre las historias de la población, se dice que la palma también le servía a Palafox de escondite: "Cuando venían a buscar al beato, la gente cuenta que la palma se abría y el beato se metía en la palmera, se escondía", explicó.
Aunque al principio estaba al centro, hace algunos años se decidió retirar la original y se colocó una nueva palma. Explicó que mucha gente acude a pedir la intersección del beatificado en 2011, toda vez que la comunidad le atribuye algunos milagros. El padre José Juan Sánchez mencionó que van parejas que no han podido tener hijos y tras solicitar su intervención a Juan de Palafox, han logrado concebir.
La parroquia alberga dos reliquias de primero y segundo grado. La de primer grado es un fragmento óseo y la segunda es un sombrero que perteneció al obispo, con más de 3 siglos de existencia.
"Cuando hacemos misas importantes o para pedir milagros la gente recurre a ellos y hemos sido testigos de que se cumple lo que el pueblo pide", compartió.
Nombran beato a Juan de Palafox y Mendoza
En el tiempo en el que la Arquidiócesis de Puebla estaba a cargo de monseñor Rosendo Huesca y Pacheco, llegó a la ciudad de Puebla Leonardo Sandri, prefecto emérito del Dicasterio para las Iglesias Orientales y consejero de la Comisión Pontificia para América Latina. Al entrar a la Catedral, preguntó quién decidió realizar el monumento; "Juan de Palafox y Mendoza", fue la respuesta.
Así lo narra en entrevista Juan Pablo Salazar, cronista de la ciudad de Puebla, quien compartió que Juan de Palafox había sido un niño abandonado que sufrió mucho; sin embargo, al crecer, ocupó importantes cargos políticos y eclesiásticos y luchó por los derechos humanos y de los indígenas; incluso, explicó que hay textos de Palafox y Mendoza en náhuatl.
"Fue un hombre que se entregó a los demás por encima de cualquier religión, fue un hombre que logró el bien de los lugares que tocó", mencionó el cronista.
Explicó que Leonardo Sandri y otras personas se sumaron a la causa del obispo poblano, la cual quedó interrumpida desde el siglo XVIII, por lo que fue retomada por el papa Juan Pablo II en 1987.
Juan de Palafox y Mendoza fue beatificado el 5 de junio de 2011 en una solemne ceremonia presidida por el cardenal Angelo Amato y tuvo lugar en la Catedral de El Burgo de Osma.
El cronista Juan Pablo Salazar dijo que la vida del beato es un ejemplo que la sociedad actual debe seguir para disminuir la violencia, pues hay que ser empáticos y amables con el prójimo.
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