En Puebla, 270 mil niños con discapacidad enfrentan dificultades para acceder a la educación

En el estado de Puebla, más de 270 mil menores de edad con alguna discapacidad se mantienen sin ir a la escuela ante diferentes limitantes, entre ellas, problemas económicos, dificultades familiares, falta de capacitación de docentes y hasta carencia de especialistas e infraestructura en los planteles escolares.

Al mismo tiempo, los menores de edad que logran acudir a alguna escuela convencional enfrentan un “viacrucis” porque, a pesar de que cuentan con el derecho de asistir sin ninguna restricción, en la realidad, enfrentan obstáculos por parte de maestros y directores.

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Eduardo García Vázquez, coordinador de la Maestría en Derechos Humanos de la Universidad Iberoamericana Puebla, resaltó que el acceso a la educación en el estado y, en general, en el país es limitado y, a pesar de que se habla de inclusión en las escuelas, en la realidad sólo existe en el discurso.

“Unas 270 mil personas no están en las escuelas. Una cantidad muy importante de niños y niñas no están en la escuela por discapacidad. Eso se debe no solo a que presentan una discapacidad, sino que la mayoría de ellos, ya se encuentran en condiciones de pobreza muy importantes”, apuntó.

En el país y en Puebla, no se cuenta con estadísticas sobre el número exacto de personas con alguna discapacidad; sin embargo, de acuerdo con fórmulas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el país, se puede estimar que 13 millones de personas se encuentran en dicha situación; mientras que en el estado son alrededor de 500 mil personas.

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“Muchas personas, por supuesto, no se ven en las calles porque sus familias a veces no tienen las posibilidades de poderlas movilizar. Tal vez, vemos a las personas que tienen más o menos, capacidad de desplazamiento, algunas con discapacidades físicas, algunas con sillas de ruedas, por ejemplo; pero hay otras más que tienen discapacidad psicosocial”, explicó.

Entre las personas con alguna discapacidad, el grupo de edad que se ubica entre los 15 y 17 años es el que presenta una mayor ausencia a la escuela, es decir, no estudia el nivel de educación básica, en particular, la secundaria ni el nivel medio superior.

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“¡Qué otros niños no pasen por esta situación! Ni tampoco que sus papás pasen por esta situación, no es justo ni para el niño, ni para los papás, ni para la mamá, estar yendo con temor de qué me va a estar diciendo el del jurídico, qué me va a decir la jefa del sector, qué me va a decir la supervisora”, expresó Juan, padre de un menor de edad que inició una lucha para que su hijo pueda recibir clases de lunes a viernes en un preescolar de la capital del estado.

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El padre de familia, quien para evitar represalias prefirió mantenerse en el anonimato y reservarse el nombre del plantel en el que se tienen complicaciones, narró las múltiples dificultades a las que se enfrenta.

“Tengo un niño que es menor de edad, no pasa de los cinco años, él es un niño como todos, con diferencias como todos. Dentro de esas diferencias, aún no puede caminar y aún no dice palabras completas”, apuntó.

Hasta el 2022, el menor de cuatro años no acudía a la escuela, sin embargo, su neurofisiatra le recomendó que acudiera al preescolar convencional con el objetivo de impulsar su formación social y desarrolle nuevas competencias.

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Después de insistir, la directora del plantel y la docente de grupo aceptaron recibir a su hijo; sin embargo, la situación se complicó y las facilidades que en un tiempo se dieron, luego se retiraron.

Al principio de este año, por las consultas médicas, el menor solo acudía a la escuela algunas horas, tres días de la semana, pero ahora que existe la posibilidad de que se presente la jornada completa de lunes a viernes, una docente y la directora del plantel prefieren que no haya cambios porque se atiende a otro menor con discapacidad, apuntó el padre de familia.

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Ante los obstáculos, el padre de familia comenzó con una lucha, primero en la supervisión escolar, luego con el Departamento Jurídico de Nivel y ahora hasta en la Dirección de Educación Especial de la Secretaría de Educación Pública (SEP), en donde, está encontrando respuestas.

Ahora que las autoridades educativas del estado conocieron el problema, existe la esperanza de que el menor de cuatro años pueda recibir educación preescolar toda la semana; sin embargo, la lucha continúa.

“¡Qué nos dejen de acosar, que nos respondan como institución! ¡Qué nos respondan como funcionarios éticos y pedagógicos que son! Que no lo tomen como algo personal, porque al final es un niño. No puede uno ir con miedo al preescolar”, denunció el padre del menor.

AGA