"No todos están muertos, nos cambiaban los zapatos por botas tácticas": narra sobreviviente de Teuchitlán
Un sobreviviente de un campo de entrenamiento criminal en Teuchitlán revela detalles impactantes: entrenamiento brutal, tortura y cómo logró escapar de este infierno.
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El sobreviviente reveló que eran obligados a cometer violencia extrema/ Especial
Uno de los sobrevivientes del rancho Izaguirre, ubicado en Teuchitlán, Jalisco, narró lo que vivió durante tres meses, mientras era adiestrado en este lugar para luego ser sicario de un cartel del narcotráfico.
En esta segunda parte de una entrevista exclusiva para Alejandro Domínguez en MILENIO Televisión, el sobreviviente de Teuchitlán detalló que los obligaban a adquirir botas tácticas que servían para estar dentro del campo de adiestramiento, pues el calzado común que llevaban no servía en esos terrenos.
Además narró la forma en la que dormían, y explicó que algunos de los que llegaban al rancho lo hacían de forma voluntaria.
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¿Qué ocurría dentro del campo de entrenamiento en Teuchitlán?
El sobreviviente detalló que el campo de entrenamiento en Teuchitlán era un lugar donde se sometía a los reclutas a pruebas extremas. "Era entrenamiento duro: correr, lagartijas, abdominales, saltos coordinados", relató. Los instructores, según explicó, eran exmilitares de Estados Unidos y Colombia, quienes imponían una disciplina férrea.
Uno de los aspectos más impactantes de su testimonio fue la revelación de que los reclutas eran obligados a cometer actos de violencia extrema. "Nos obligaban a matar personas y luego a destrozarlas", afirmó. Además, describió cómo los cuerpos de las víctimas eran quemados, incluso amontonando entre 3 y 4 cuerpos para hacerlo más rápido.
Sumado a esto, aclaró que a pesar de las prendas localizadas en el rancho, no necesariamente sus dueños están muertos, pues explicó que el calzado que algunos llevaban era remplazado por botas tácticas adecuadas para el campo de adiestramiento, por lo que mencionó que algunos están con vida, enviados a otros puntos.
¿Cómo era la vida diaria en el campo de entrenamiento?
La vida dentro del campo era una mezcla de entrenamiento extenuante y condiciones de vida deplorables. Los reclutas dormían hacinados en una cabaña, acomodados "como cucharitas", según describió el entrevistado. "Nos daban una cobija para muchas personas, casi no alcanzábamos. Dormíamos en tapetes o lonas", recordó.
La alimentación era otro aspecto crítico, por lo que sí aclaró que les daban comida todos los días, con proteína básica como huevo, pollo y arroz. Sumado a esto, mencionó que le tocó estar en los hornos clandestinos donde se deshacían de los que no pasaban las pruebas.
▶️ “Algunos fueron por libertad propia”: sobreviviente al Rancho Izaguirre, en Teuchitlán, da la segunda parte de su testimonio y revela que los entrenaban ex militares de EU y Colombia
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Además, en su testimonio, el entrevistado reveló que no todos los que llegaban al rancho eran con engaños, pues uno sabían perfectamente a lo que iban y en este caso, teniendo en cuenta que trabajarían para el crimen organizado.
No todos los reclutas lograban sobrevivir al riguroso adiestramiento. Según el sobreviviente, de un grupo de aproximadamente 230 personas, alrededor de 30 murieron durante el proceso. "Algunos no aguantaban el dolor o el desgaste físico. Ahí quedaban", explicó.
Los que lograban completar el entrenamiento eran enviados a diferentes plazas del país, como Guanajuato, Zacatecas, Puerto Vallarta y Aguascalientes, para trabajar en actividades delictivas. "Ya sea como sicarios o en otras tareas, como robar autos de lujo y celulares", detalló.
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¿Cómo logró escapar el sobreviviente?
El entrevistado relató que su escape ocurrió cuando fue enviado a Zacatecas para realizar actividades delictivas. "Me negué a robar autos y celulares. Les dije que nosotros no habíamos aceptado eso", explicó. Fue en ese momento que aprovechó la oportunidad para huir.
Sin embargo, el miedo lo persigue hasta el día de hoy. "Hay mucho temor. Saben que estoy hablando de esto", confesó. A pesar de los riesgos, decidió compartir su testimonio con la esperanza de que otras víctimas puedan ser rescatadas.
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