Expone académico visión de Alemania nazi sobre México revolucionario
La Revolución mexicana generó una gran resonancia en Estados Unidos y en Europa por cuestiones ideológicas, políticas y culturales, pero donde captó en forma particular la atención fue en Alemania, dijo el docente del Instituto de Lenguas Romances de
El doctor en Literatura Mexicana y Comparada escribió en alemán un volumen para identificar la imagen de México en la rama del ensayo literario en la Alemania nazi, el cual fue publicado por la editorial española-alemana Iberoamericana/Vervuert.
"La época posterior a la Revolución mexicana en las décadas de 1920, 1930 y 1940 atrajeron a muchas personas de Europa que querían saber cómo se había desarrollado el país después de ese suceso", indicó el experto.
"La Revolución mexicana tuvo en su momento una gran resonancia en Estados Unidos y en Europa por cuestiones ideológicas, políticas y culturales. Un país en donde captó en forma particular la atención fue en Alemania", subrayó Herrera.
Cuando Alemania cambia en 1933 al nacionalsocialismo ese interés permanece. En ese tiempo, dos escritores alemanes: Colin Ross y Josef Maria Frank, "que se dedicaban a escribir literatura de viajes y que comulgaban con la ideología nacionalsocialista, viajaron a México", contó.
Lo hicieron en forma independiente el uno del otro y no hay indicios de que se hayan conocido personalmente en México. Ambos eran alemanes y viajaron desde Europa a México. Ross estuvo en 1937 y Frank en 1938.
A pesar de sólo haber estado unos meses en el país latinoamericano, fueron considerados como especialistas de esa nación. Sus libros sobre México fueron más allá de la literatura de viajes y se enmarcaron en el ensayo político, afirmó Herrera.
En sus libros plasmaron sus impresiones sobre México, así como su visión de la situación política y social. Ross era un escritor conocido en Alemania, muy sobresaliente en las décadas de 1920 a la de 1940. Era uno de los escritores favoritos de la élite nazi en Alemania.
La Revolución mexicana fue el principal atractivo que llevó a esos escritores a México, que se interesaron en describir la evolución del país después de esa guerra civil. "Pero sobre todo porque la Revolución mexicana era percibida en la Alemania nazi como un revolución socialista, una revolución roja", según Herrera.
"Uno de los grandes enemigos ideológicos del nazismo y del fascismo en general, fue el socialismo. Para ellos, México era una especie de laboratorio en el que se ponían a prueba las principales doctrinas políticas y sociales del socialismo", indicó el académico universitario.
"Ellos estaban ansiosos por observar cómo funcionaba esto y, sobre todo, demostrar que no funcionaba", que esa revolución socialista o comunista no se había logrado, señaló.
"Hay una crítica muy fuerte a su rival ideológico (el socialismo y el comunismo). Por eso les interesaba tanto México desde la perspectiva de análisis político". Ambos autores alemanes no hacen ninguna distinción entre socialismo y comunismo, "los ponen en un mismo cajón“, dijo.
Herrera recordó que en la Alemania nazi hubo una persecución terrible contra los comunistas, quienes eran encerrados en los campos de concentración o eran asesinados.
El académico manifestó que en esos años en México había una resistencia contra el fascimo y el nazismo, que se constituyó en tres grupos en los que había mexicanos, por ejemplo, en los sindicatos obreros y campesinos, y alemanes que se refugiaron en México para librarse del nazismo.
Uno de líderes del grupo de exiliados fue la escritora alemana Anna Seghers. Integraron una oposición directa contra el fascismo europeo y alemán.
Había otro grupo de opositores alemanes que llevaban años o generaciones en México, y que se sentían mexicanos. El Estado mexicano en esos años respaldaba esa oposición.
Había también alemanes que estuvieron en México y que eran partidarios del nazismo. Ese grupo se aglutinaba en torno al entonces embajador de Alemania en México, Rüdt von Collenberg.
Cuando en México se conoció de los libros de Ross y Frank publicados en el país europeo, el grupo de resistencia en México: "Alemania Libre", discutió sobre esos volúmenes refiriéndose a ellos como totalmente racistas y que incitaban a los nazis a una conquista de México para apropiarse de sus riquezas naturales.
Esa acusación de que los nazis pretendían una segunda conquista de México tuvo impacto en el imaginario mexicano. México había vivido en esos años la expropiación petrolera, la redistribución de la tierra, entre otras medidas muy importantes, recordó el experto.
"El movimiento opositor alemán en México, 'Alemania Libre', habla sobre Colin Ross y sobre Josef Maria Frank como propagandistas a favor de una nueva conquista de México a manos alemanas", dijo.
"Lo curioso es que cuando uno lee los textos concretamente no hay en ninguna parte un llamado a reconquistar México ni ningún incentivo para que la Alemania nazi lo haga", destacó.
En la Alemania nazi esos libros fueron ubicados en el género de ensayo geopolítico. El contenido de esos libros sobre México lo usaron sectores del país europeo para "demostrar" que el comunismo estaba avanzando en el mundo, indicó.
Ross y Frank coincidieron en la estimación de que el comunismo y el socialismo eran ideas fallidas y plenas de contradicciones, México era una especie de laboratorio, un campo de experimentación entre las corrientes ideológicas de la época, en especial del comunismo y del capitalismo, recordó
Además informaron que en México había círculos que eran favorables al fascismo, "aunque curiosamente no abundaron demasiado en ese punto. Incluso mencionaron en forma practicamente marginal la existencia de esos grupos en México", afirmó Herrera.
El libro de Ross sobre el México de esos años se titula "Los Balcanes de América". Los Balcanes en Europa en ese tiempo eran un barril de pólvora, tal y como fueron hasta los años noventa del siglo XX. El título del libro de Frank es "México es distinto".
La Primera Guerra Mundial se desencadenó en los Balcanes, una zona étnica y culturalmente con mucha diversidad, que además ha sido potencial de grandes conflictos políticos y militares.
Herrera explicó que por eso Ross plantea a los Balcanes como una metáfora para describir la situación de México en ese tiempo.
Ross y Frank se muestran admirados por las grandes culturas de la antigüedad mexicana: aztecas, mayas, zapotecas. Los retratan de una forma muy positiva, sobre todo porque trazaban ciertos paralelos entre la sociedad azteca y la dictatorial fascista.
Consideraron que esas culturas mexicanas eran militarizadas, altamente disciplinadas, mientras que el México posrevolucionario les parecía peligroso con su mezcla de razas, señaló Herrera.
Además consideraban que los indígenas pertenecían a la raza roja, -así le llamaban- y tendían un vínculo entre ellos, la sangre de los sacrificos aztecas y el color de la bandera soviética, explicó.
"Para ellos, todo lo podían en un mismo plano: comunismo, mezcla de razas y cultura azteca integraban una peligrosa fórmula letal", porque su objetivo era destruir al hombre blanco, además los genes del mestizo estaban divididos, expuso.
Frank veía a México distinto en el contexto de los relatos de viajes y aventuras, de vaqueros, de indios, de correrías por el desierto, que se publicaban en Alemania, y que eran muy gustados, según Herrera.
Su receptores principales era gente joven. Con el título, Frank quiso decir que México no era un país de ese tipo para correr las aventuras inocuas que fascinaban a los jóvenes alemanes.
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