Mexicano recorre América en bicicleta
El potosino Carlos Santamaría completo el viaje en bicicleta desde Alaska hasta Argentina en 117 días y cinco horas.
Carlos Santamaría recorrió los casi 30 mil kilómetros que separan Alaska de Tierra de Fuego, Argentina, en bicicleta y a diferencia del inglés Chris Froome, el mexicano no tuvo una alimentación planeada caloría a caloría, comía lo que encontraba sobre la carretera, pues tenía que ahorrar cada peso con tal de cumplir el sueño de romper el récord Guinness de completar el recorrido en menos de 125 días.
"El dormir en un casa de campaña a la orilla de la carretera, casas abandonadas, baldíos y a veces-cuando había suerte- en hostales para ahorrar dinero por si algo le fallaba a la bicicleta, fue duro. Pero ahora que tengo el récord en mis manos veo que todo valió la pena. Es una satisfacción enorme", dijo en entrevista con La Afición el potosino, que ahora a la distancia disfruta de relatar la travesía que le cambió la vida.
La idea de recorrer todo el continente no llegó en un momento de iluminación, al contrario, chocó con el joven de 23 años que recién había abandonado el taekwondo de alto rendimiento para enfocarse en su pación: la bicicleta.
Mientras paseaba por San Luis Potosí se encontró con un francés que le pedía limosna para recaudar fondos y seguir su viaje a Estados Unidos, luego de haber aterrizado en Argentina.
"San Luis Potosí es un cruce da inmigrantes, por 'La Bestia'. El hablar con él me abrió la mente. Me metió ideas. En ese momento le entraba duro al ciclismo y pensé: si el hippie pudo yo que soy de alto rendimiento con mayor razón" contó en su visita a Milenio, en donde presentó su libro 'La Ruta que cambió mi vida', publicado por editorial Diana.
El plantearlo a la familia fue un escenario muy diferente va lo que tenía en mente. Explicar que quería intentarlo sin que sonara a un disparate, fue el reto.
"Sé que nunca será un tema fácil para mis papás nunca se van a acostumbrar. Al principio creyeron que era la loquera de su hijo, una calenturilla, pero aun así me apoyaron. Sin ellos esto no sería posible, pues mi familia y amigos fueron mis principales patrocinadores. El resto de mis patrocinios era gente que conocía en el camino y al platicarles lo que estaba haciendo me decían "te invito una hamburguesa" ", ríe al recordar, aunque reveló que las burlas más crueles vinieron de cuando buscó patrocinios, aunque no dejó que eso interfiriera en su intención de destrozar el récord que fijó el inglés Scott Napier y que muchos intentaron alcanzar, pero fallaron.
Tras desmenuzar el continente, haciendo aproximaciones de cuánto tenía que pedalear diario para poder quebrar la marca, Santamaría calculó que trabajando cerca de 10 horas diarias, aproximadamente 200 kilómetros por día, podría lograrlo.
Pero del dicho al hecho fue diferente, comer la insípida comida de traileros, mientras aguantaba frío y calor, cargando sus mochilas y embarrado en bloqueador, fue más complicado de lo que pensaba.
"Ya cuan do estás en la bicicleta por tantas horas, solo... La soledad juega con tu cabeza, me preocupaba de cosas tan bobas y simples, el cerebro juega contigo. Cuando estás a solas te juega chueco y más cuando vas por ahí del desierto de Atacama sin agua y sin comida", admitió.
Santamaría recorrió 14 países para cumplir su meta y reconoce que lo que más le impacto fueron las dunas de arena del desierto Atacama y, con unas carcajadas, recuerda el único momento el que la comida jugó con él.
"Sólo en Colombia probé algo que me hizo daño. Vi que los camioneros tomaban jugo de uva. Me acerqué y vi que era un vaso que se lo tomaban como shot. No era jugo, era más bien como papilla. Yo soy muy sensible al azúcar y sentí el pum. En ese momento pensé: es lo que necesito, y además de pedir otro vaso, llené todas mis botellas. Al día siguiente tuve la peor diarrea de mi vida que me duró tres días, pero sabía que no podía detenerme porque el récord estaba en juego", confesó.
Ciento diecisiete días después de su salida, Carlos Santamaría alcanzó Ushuaia, Argentina, en donde terminó de documentar su viaje para poder cumplir los requisitos de Guinness y así hacer el logro algo oficial.,
-¿Yate cayó el veinte de lo que lograste?
"Sí, sí, sí, sí... pero hasta ahora, cuando llegué ese día a Argentina no tanto, pues estaba cansadísimo. Muy madreado. Cuando llegué no sentí nada. Al día siguiente más o menos. Estaba muy cansado, pero después empecé a ver lo logrado y a festejar con mi familia".
A dos años nadie, ni siquiera patrocinadores, se han acercado a Carlos y aunque cataloga esa actitud de desinterés como triste, no se desanima.
"Los retos no paran aquí. Si alguien se quiere sumar qué padre, pero si no, seguiremos como seguimos. Ya presenté mi libro, pero ahora voy por otro recorrido, tal vez Euro-Asia... pero haber cómo se dan las cosas para ir por otra locurilla", finalizó.
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