Declara testigo que trabajar para el Cártel de Sinaloa era mucha presión
Tirso Martínez, testigo en el juicio contra El Chapo, afirmó que se asustó cuando Joaquín Guzmán le pidió transportar un cargamento de droga, porque coordinaba todo con Vicente Carrillo, dijo.
NUEVA YORK.- El juicio a Joaquín El Chapo Guzmán no está protagonizado sólo por grandes jefes del narcotráfico que testifican contra el mexicano.
TE RECOMENDAMOS: “Yo solo quiero una vida normal”, dice Emma Coronel, esposa del Chapo
También están los miembros del cártel que se esforzaban por impresionar a Guzmán y que vivieron los enfados de superiores, los celos y ansias de poder de estos y el estrés que suponían las incautaciones de cientos de kilos de cocaína.
“Era mucha presión”, testificó esta semana Tirso Martínez, un mexicano que trabajó para los cárteles de Juárez y Sinaloa desde 1995 hasta 2003 y que fue arrestado en 2014.
Martínez, quien se describió como un ex alcohólico y ex cocainómano que no sabe leer bien porque abandonó la escuela a los 13 años, habló de su trabajo para Vicente Carrillo, Viceroy, ex líder del cartel de Juárez. Durante mucho tiempo Martínez quiso trabajar para Guzmán pero cuando éste le pidió que lo ayudara a transportar un cargamento de droga a fines de 2001 Martínez se puso nervioso.
“Me asusté. Yo estaba entre la espada y la pared porque yo coordinaba todo con Vicente Carrillo”, dijo Martínez. En esos momentos, los Carrillo Fuentes trabajaban con el cártel de Sinaloa de Guzmán pero las tensiones entre ambos empezaban a emanar. El testigo, conocido como El futbolista o El ingeniero, dijo que hizo ese y otros transportes de droga para Guzmán.
El Chapo se ha declarado inocente de la acusación de acumular una fortuna multimillonaria a través del tráfico de toneladas de cocaína y otras drogas desde México a Estados Unidos. De ser declarado culpable enfrentaría una posible sentencia a cadena perpetua. Esta es la quinta semana del juicio que podría durar tres meses más.
A pesar de haber nacido y crecido pobre en Guadalajara, Martínez subió de rango en el mundo del narcotráfico y, a un nivel medio, llegó a ganar millones de dólares de los que, dijo, perdió entre dos y tres millones en peleas de gallos. También era dueño de varios equipos de fútbol y llegó a hacerse una cirugía plástica en el rostro para evitar ser reconocido por las autoridades.
“Patas cortas” era el apodo que Martínez y Carrillo usaban para referirse a El Chapo, testificó Martínez. El mexicano llegó a manejar las rutas de tren que el cártel usaba para transportar droga colombiana desde México a Estados Unidos. Dijo que podía ganar entre 200 mil y 300 mil dólares por cargamento.
Los abogados de El Chapo intentaron desacreditar el martes a Martínez al hacerle admitir que muchas cosas que testificó sobre Guzmán no las sabía de primera mano sino que se las había dicho un trabajador de Guzmán llamado Alfredo Vásquez.
Martínez se ha declarado culpable de narcotráfico y aún no ha sido sentenciado.
El narcotraficante colombiano Juan Carlos Ramírez Abadía, El Chupeta, quien se hizo multimillonario como líder del cartel del Norte del Valle y dijo que ordenó la muerte de unas 150 personas, testificó la semana pasada en el juicio.
IH
- Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de TELEDIARIO; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.