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Erradicación de hoja de coca busca reconstruir tejido social en Colombia

“Es una estrategia pensada en función de la reconstrucción del tejido social en dichos territorios".

Editorial Telediario Nacional /

Bogotá, 17 Jun (Notimex).- La erradicación de los cultivos ilícitos en Colombia es una estrategia que busca reconstruir el tejido social en las zonas cocaleras, como un efecto del acuerdo de paz con las guerrilleras Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), destacó un editorial del diario El Tiempo.

De acuerdo al influyente rotativo, “Colombia, mediante el acuerdo con las FARC, busca disminuir la coca, la meta para este año está fijada en 100 mil hectáreas. Las acciones están dirigidas a darles a los cultivadores una alternativa real y perdurable en términos de su actividad económica, para espantar así el fantasma de la resiembra”.

“Es una estrategia pensada en función de la reconstrucción del tejido social en dichos territorios, de la llegada del Estado a ellos y, en definitiva, de la construcción de paz estable y duradera”, subrayó.

Aseguró que este objetivo no es “una tarea fácil, y la meta es ambiciosa. En juego está mucho más que acabar con la coca. Es imposible negar que el aumento en los cultivos es grave, de ahí que reducirlos es un desafío de la máxima importancia para el país”.

Por eso, “el nuevo contexto de las relaciones con Washington –desde donde en cualquier momento puede endurecerse la postura sin previo aviso– obliga a apretar la rienda y aplicar los programas de erradicación y sustitución con el mayor rigor posible. No se pueden dar pasos en falso”.

Los cultivos de hoja de coca “vuelven a jugar un papel protagónico en la relación entre Colombia y Estados Unidos. No obstante los anhelos y algunos pasos dados en el pasado reciente rumbo a una desnarcotización de la agenda común, la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca puso otra vez el asunto en un lugar preponderante”.

El aumento de las hectáreas cultivadas “con coca en Colombia, que pasaron de 47 mil en 2012 a 97 mil en 2015. La cantidad para 2016 estará entre las 130 mil y las 140 mil hectáreas”, según la medición anual del Sistema Integrado para el Monitoreo de Cultivos Ilícitos.

De acuerdo al rotativo, este crecimiento inquieta “con razón, a muchos. Comenzando por Donald Trump. Como es lógico, la principal consecuencia de dicha alza es que la producción de cocaína también está disparada: el cálculo es de 900 toneladas, cantidad récord”.

“Todo esto, en un lapso en el que se ha prescindido de la fumigación aérea. La concentración de cultivos en áreas protegidas, la perspectiva de programas de sustitución vigente durante los años de los diálogos –que terminó convertida en perverso incentivo para sembrar más– y hasta el precio del dólar también explican el fenómeno”, anotó.

Sostuvo que en juego “está mucho más que acabar con la coca. Es imposible negar que el aumento en los cultivos es grave de ahí que reducirlos es un desafío de la máxima importancia para el país”.

Recordó que ante “el Congreso de su país, el secretario de Estado, Rex Tillerson, afirmó que Estados Unidos le ha pedido a Colombia regresar a la fumigación aérea”.

El vicepresidente de Colombia, Óscar Naranjo, explicó que “la decisión de asperjar está condicionada por la Corte Constitucional y el Consejo de Estado. Y estos tribunales han dicho que se requieren estudios previos que demuestren que el glifosato no es dañino para la salud y el ambiente”.

“Respecto a experiencias del pasado, expresó que esta arma ha sido efectiva en términos de contención del flagelo, más no como solución estructural del problema, que es lo que se requiere”, concluyó el general Naranjo.

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