Líder de grupo radical entre los muertos de atentados en Sri Lanka
El presidente de Sri Lanka, Maithripala Sirisena, dijo a reporteros que se identificó a cerca de 140 residentes con presuntos vínculos con el Estado Islámico.
SRI LANKA — El presunto líder del grupo insurgente al que las autoridades de Sri Lanka culpan de una cadena de ataques el Domingo de Pascua murió en una explosión en el hotel Shangri-La, uno de los seis hoteles e iglesias que fueron escenario de una masacre que se cobró al menos 250 vidas, dijo la policía el viernes.
Mohamed Zahran, líder de National Towheed Jamaat y conocido por sus encendidos discursos extremistas en redes sociales, murió en uno de los nueve ataques suicidas, dijo la policía en su cuenta oficial de Twitter.
El segundo al frente del grupo fue detenido, agregaron las autoridades.
Los investigadores determinaron que la formación insurgente de los agresores corrió a cargo de alguien a quien llamaban "Ejército Mohideen", mientras que el entrenamiento con armas se realizó en el extranjero y en algunas zonas de la Provincia del Este en el país, según la policía.
Los suicidas se habían ejercitado en un gimnasio local y jugaron al fútbol con sus documentos de identidad auténticos, apuntaron las autoridades, señalando que los vehículos empleados en los atentados se adquirieron en un concesionario en Kadawatha, un suburbio de la capital del país, Colombo.
El trabajador de una fábrica de cobre que fue detenido en relación con los bombardeos había ayudado a Mohideen a elaborar artefactos explosivos y compró cartuchos vacíos que el ejército de Sri Lanka vendía como chatarra, dijeron las autoridades.
Por su parte, el primer ministro de Australia confirmó antes el viernes que los atacantes recibieron apoyo del grupo extremista Estado Islámico, que se atribuyó la autoría del ataque y distribuyó un video en el que Zahran y otros juraban lealtad a su califato.
El presidente de Sri Lanka, Maithripala Sirisena, dijo a reporteros que se identificó a cerca de 140 residentes con presuntos vínculos con EI y agregó que el gobierno tiene “la capacidad para controlar por completo las actividades” de la milicia en el país.
Sirisena culpó al secretario de Defensa esrilanqués, quien renunció a su cargo el jueves, y al jefe de la policía, que dijo que lo hará pronto, por no compartir semanas de información recopilada por agencias de inteligencia internacionales sobre los planes para atentar antes de la tragedia.
El jueves en la noche, el Ministerio de Salud de Sri Lanka revisó a la baja las estimaciones de fallecidos en los ataques. En un comunicado se explicó que había “aproximadamente” 253 fallecidos, casi un tercio menos que los 359 reportados antes.
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