Ecologistas arrojan sopa de tomate a la pintura 'Los girasoles' de Vicent Van Gogh
Esta acción fue hecha en protesta a los nuevos proyectos de explotación de hidrocarburos en Reino Unido.
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El famoso cuadro de Vicent Van Gogh ‘Los girasoles’ fue manchado con sopa de tomate por manifestantes ecologistas este 14 de octubre en la National Gallery de Londres, para exigir al gobierno británico que ponga fin a los nuevos proyectos de extracción de gas y petróleo.
De acuerdo con videos publicados en redes sociales, las dos activistas del grupo de desobediencia civil ‘Just Stop Oil’ arrojaron dos latas de sopa de la marca Heinz sobre el lienzo, protegido por un cristal y parte de su marco dorado. El cuadro fue pintado en 1888 y está valorado en al menos 84 millones de dólares.
Con esta acción, ‘Just Stop Oil’ buscaba exigir que el ejecutivo británico detenga todos los nuevos proyectos de explotación de hidrocarburos en el país, precisó poco después la organización ecologista en un comunicado.
Tras lanzar la espesa sustancia, las dos activistas se arrodillaron frente a la obra y se pegaron con cola a la pared de la pinacoteca.
La seguridad del museo llegó poco después e hizo salir a los visitantes de la sala 43 donde se expone la obra.
Scotland Yard anunció que sus "agentes acudieron rápidamente al lugar en la National Gallery esta mañana después de que dos manifestantes de Just Stop Oil arrojaran una sustancia sobre un cuadro y luego se pegaran a una pared".
"Ambos fueron detenidos por daños criminales y allanamiento agravado", precisó la policía en Twitter.
‘Los girasoles’ es la segunda obra más famosa de Van Gogh atacada por ‘Just Stop Oil’, dos de cuyos activistas se pegaron a finales de junio al cuadro ‘Melocotoneros en flor’, de 1889, expuesto en la Courtauld Gallery de Londres.
"¿Qué vale más, el arte o la vida?", "¿se preocupan más por la protección de un cuadro o la protección de nuestro planeta y de las personas?", lanzó uno de los manifestantes el viernes.
En las imágenes captadas en vídeo de oye a alguien gritar "oh, Dios mío" mientras la sopa gotea por el cuadro hasta el suelo.
Esta última acción del grupo tiene lugar tras dos semanas de protestas por toda la capital británica.
"La crisis del coste de la vida proviene de los combustibles fósiles, la vida diaria se ha vuelto inasequible para millones de familias que pasan frío y hambre, no pueden permitirse ni siquiera una lata de sopa", dijo Phoebe Plummer, una activista de 21 años citada en un comunicado del grupo.
Al mismo tiempo, "la gente está muriendo" a causa de los incendios y las sequías provocadas por el cambio climático, argumentó, y "no podemos permitirnos nuevos proyectos de petróleo y gas".
Cada vez más cuestionada por sus decisiones políticas, económicas y medioambientales, la nueva primera ministra conservadora británica, Liz Truss, nombrada el 6 de septiembre como sucesora del controvertido Boris Johnson, anunció dos días después el levantamiento de una moratoria a la fractura hidráulica en el Reino Unido.
Además de permitir este controvertido método de extracción de combustibles fósiles que estaba hasta ahora prohibido en el país, Truss anunció también un incremento de las licencias para la extracción de petróleo y gas en el Mar del Norte, entre sus medidas para luchar contra la crisis energética.
MRG
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