¿Qué similitudes hay entre el gobierno de Barack Obama y el de Donald Trump?
Pese a que como personajes políticos son personas totalmente diferentes… sus medidas en materia de relaciones exteriores no están tan alejadas.
ESTADOS UNIDOS.- Los dos hombres detestarían el pensamiento. Pero, en aspectos cruciales, las políticas exteriores de Donald Trump y de Barack Obama se ven sorprendentemente similares.
Los estilos marcadamente distintos de los dos presidentes de Estados Unidos (EU) ocultan las continuidades subyacentes entre sus enfoques hacia el mundo. Pero si observas la sustancia, más que el estilo, las similitudes son impresionantes.
Tanto Obama como Trump tratan de desconectar a EU del Medio Oriente, una política que provocó mucha desaprobación en la clase dirigente de Washington, el grupo al que se calificó de forma burlona como “la masa amorfa” en la Casa Blanca de Obama.
Al retirarse de Medio Oriente, los dos presidentes se enfocaron en Asia en su lugar. Obama se esforzó para virar a Asia la política exterior insignia de su periodo en el cargo. Y Trump también hizo sus dos principales jugadas de política exterior en el continente asiático, a través de una guerra comercial con China y las conversaciones nucleares con Corea del Norte.
La sospecha cada vez mayor en China y la creciente preocupación sobre el programa nuclear coreano también fueron temas en los últimos años de la administración Obama.
Los dos presidentes tuvieron que atraer a un electorado profundamente cansado de la guerra. Como resultado, tanto Obama como Trump trataron de reducir los compromisos militares globales de EU de una manera que no solo alarmó a la masa amorfa, sino también a los aliados del país del norte. Esa preocupación sostiene la atmósfera de intranquilidad mientras la alianza de la OTAN se reúne para una cumbre en Reino Unido.
El descontento que expresa Trump con la OTAN a menudo se presenta como una marcada desviación de la norma estadounidense.
Pero en realidad fue el secretario de defensa de Obama, Robert Gates, quien advirtió en 2011 que el futuro de la alianza sería “pésimo si los europeos seguían dependiendo de los EU para su seguridad”.
Las similitudes entre los instintos de los dos presidentes se volvieron más claras desde que Trump despidió a John Bolton como su asesor de seguridad nacional en septiembre.
Los desacuerdos cruciales entre Trump y Bolton se referían al afán del presidente de mantener las negociaciones con Irán, Corea del Norte y el Talibán en Afganistán. Pero Trump está decidido a seguir adelante.
El resultado es que, después de su fase belicosa de “fuego y furia”, Trump ahora sigue una estrategia de “primero la diplomacia” que recuerda a la de Obama. La cautela en la política exterior inevitablemente conduce a enfrentamientos con la masa amorfa, a Obama lo criticaron por su debilidad y a Trump lo critican por su aislacionismo.
El debate sobre Afganistán es un ejemplo de ese punto. La historia de dos ataques aéreos cancelados resalta su cautela. La decisión de último minuto de Obama en 2013 de cancelar un bombardeo en Siria, que buscaba castigar al presidente Bashar al-Assad por usar armas químicas, fue denunciado ampliamente por la clase dirigente de Washington.
Cuando Trump ordenó algunos ataques aéreos sobre objetivos del régimen de Assad en 2018 recibió elogios bipartidistas por corregir el error de Obama. Pero esos ataques solo fueron gestos de única ocasión que no hicieron nada para cambiar la trayectoria de la guerra en Siria. Recientemente, Trump también tomó la decisión de último minuto de ignorar a sus asesores y cancelar un ataque aéreo, esta vez sobre Irán.
La renuencia de Trump a atacar a Irán fue significativa. Esto destaca el hecho de que su retórica de tipo duro oculta una marcada preferencia por la diplomacia sobre la fuerza.
El hecho de que Trump y Obama llegaron a políticas similares de retirarse de Medio Oriente es crucial.
tras reunión Sin embargo, en otros asuntos hay diferencias importantes entre los dos. Obama creía en la importancia de los acuerdos internacionales, mientras que Trump se muestra muy escéptico con respecto a ellos.
El ferviente proteccionismo de la administración de Trump también representa un distanciamiento no solo de Obama, sino de todos los demás presidentes de EU desde 1945. Sin embargo, al parecer Trump está en sintonía con el espíritu de los tiempos.
Los principales candidatos demócratas ahora también abrazan el proteccionismo y una actitud más hostil hacia China. El abrazo bipartidista del proteccionismo es el equivalente económico a la convergencia Obama-Trump de retirarse de Medio Oriente. Las dos políticas son producto de una disminución en la confianza de la capacidad de EU de salir triunfante en una competencia económica o militar con sus rivales extranjeros.
El resultado es la adopción de políticas más defensivas y orientadas hacia el interior. Ya que los campos de Trump y Obama se denostan entre sí, sigue siendo una necesidad política y psicológica de ambas partes ignorar cualquier convergencia entre sus políticas exteriores. Pero cuando los historiadores revisen las dos presidencias, sin duda van a notar las continuidades subyacentes.
En sus formas tan diferentes, tanto Obama como Trump redujeron los compromisos globales de EU, y ajustaron al país a un papel internacional más modesto.
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