¡Por favor, envíen a la policía!: niña al 911 tras tiroteo en primaria de Texas
El comandante en el sitio, creía que el agresor Salvador Ramos, de 18 años, estaba parapetado en aulas contiguas de la Escuela Primaria Robb y que los niños ya no corrían peligro.
Los niños atrapados en un aula con un hombre armado llamaron repetidas veces al teléfono de emergencias 911 durante el ataque de esta semana en una escuela primaria de Texas, incluida una que rogaba: “Por favor envíen a la policía ya”, mientras los agentes aguardaban afuera en el pasillo durante más 45 minutos, informaron autoridades el viernes.
El comandante en el sitio de la balacera en Uvalde, el jefe de la policía del distrito escolar creía que el agresor Salvador Ramos, de 18 años, estaba parapetado en aulas contiguas de la Escuela Primaria Robb y que los niños ya no corrían peligro, dijo en una conferencia de prensa Steven McCraw, director del Departamento de Seguridad Pública de Texas.
“Fue una decisión equivocada”, declaró
La rueda de prensa del viernes se llevó a cabo después de que las autoridades pasaron tres días proporcionando información frecuentemente contradictoria e incompleta acerca de los 90 minutos que transcurrieron desde que Ramos ingresó en la escuela hasta que agentes de la Patrulla Fronteriza abrieron el cerrojo de la puerta del aula y lo mataron.
Cuando los agentes fronterizos estaban listos para entrar en el aula, había hasta 19 policías en el pasillo, señaló McCraw.
Ramos asesinó a 19 niños y dos profesoras dentro del salón de clases, pero se desconoce por qué lo hizo, dijeron las autoridades.
Hubo una andanada de balazos poco después de que Ramos ingresó al aula donde a la larga los agentes lo mataron, pero esos disparos fueron “esporádicos” durante gran parte de los 48 minutos que los agentes estuvieron esperando en el pasillo, señaló McCraw. Dijo que los investigadores desconocen cuántos niños murieron durante ese tiempo, si es que alguno.
Durante todo el ataque, las maestras y los niños llamaron repetidas veces al 911 solicitando ayuda, incluida la niña que rogó que enviaran a la policía, declaró McCraw.
Ha habido muchos cuestionamientos por la cantidad de tiempo que les llevó a los agentes entrar en la escuela para confrontar al joven armado.
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Eran las 11:28 de la mañana del martes cuando Ramos estrelló su camioneta tipo pickup en un foso detrás de la escuela. Entonces salió del vehículo portando un fusil tipo AR-15. Cinco minutos después, dijeron las autoridades, Ramos entró en la escuela y se abrió paso hasta el aula de 4to. grado, donde mató a las 21 víctimas.
Pero no fue sino hasta las 12:58 de la tarde que en la comunicación policial por radio se anunció que ya se había matado a Ramos y que el asedio había terminado.
Lo que ocurrió en esos 90 minutos ha generado indignación en la opinión pública y dado pie a escrutinio a la respuesta que dio la policía a la masacre.
“Dijeron que entraron a toda prisa”, dijo Javier Cazares, cuya hija Jacklyn Cazares fue asesinada en el ataque y quien acudió a toda prisa a la escuela mientras se llevaba a cabo la matanza. “Nosotros no vimos que así fuera”.
Según la nueva cronología de los hechos proporcionada por McCraw, después de que Ramos chocó su camioneta, le disparó a dos personas que salían de una casa funeraria que se encuentra cerca de allí.
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Contrario a lo que se afirmaba en declaraciones previas de las autoridades, un policía del distrito escolar no se encontraba en la escuela cuando llegó Ramos. Cuando ese agente sí respondió al ataque, pasó en su automóvil sin percatarse de la presencia de Ramos, que estaba agazapado detrás de un coche estacionado afuera y disparando en dirección al edificio escolar, agregó McCraw.
A las 11:33 de la mañana, Ramos entró en la escuela a través de una puerta trasera que había sido dejada abierta y disparó más de 100 balazos contra dos salones, señaló el jefe policial. No mencionó por qué esa puerta estaba abierta.
Dos minutos después, tres policías locales llegaron y entraron al edificio por la misma puerta, seguidos pronto por otros cuatro, dijo McCraw. En cuestión de 15 minutos ya había hasta 19 policías de distintos departamentos reunidos en el pasillo, haciendo frente a disparos esporádicos de Ramos, que estaba escondido en un salón de clases.
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