Estados Unidos permite entrada a niña migrante enferma
La niña de 7 años, originaria de Honduras se sorprendió al ver un árbol de Navidad en el hotel donde ella y su madre estarán hospedadas tras ser procesadas en el puerto de entrada de Brownsville, Texas,
HOUSTON.- Una niña de 7 años que no puede contener sus propias heces debido a una enfermedad congénita y a la que le habían negado la entrada a Estados Unidos en tres ocasiones, finalmente pudo ingresar al país el martes, luego de que agentes fronterizos estadounidenses la eximieron junto con su madre de la política “Permanecer en México” del gobierno del presidente Donald Trump.
El cambio se produjo luego de que la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP por sus siglas en inglés) recibió solicitudes de información por parte de The Associated Press y otros medios sobre el caso.
Las autoridades federales han enviado a más de 50.000 migrantes, incluidas personas que cruzaron la frontera legalmente, a ciudades fronterizas mexicanas para que esperen sus citas en la corte según los Protocolos de Protección al Migrante.
La niña nació en Honduras con problemas de colon y se ha sometido a varias cirugías desde entonces. Su madre comentó a la AP que dejaron su país con la esperanza de que pudieran recibir un mejor tratamiento médico en Estados Unidos.
Cruzaron la frontera sin autorización. De acuerdo con un médico que revisó a la pequeña, ésta desarrolló una fístula entre el colon y la piel mientras estaba bajo custodia, lo que ocasionó que su materia fecal se filtrara. La niña usa pañal.
La CBP se negó a comentar al respecto.
Global Response Management, una organización sin fines de lucro que opera una clínica de campo en Matamoros, México, dijo que los agentes fronterizos llevaron a la niña a la sala de urgencias del Centro Médico Valley Baptist en Brownsville, Texas. Fue atendida brevemente y luego regresó con su madre a Matamoros.
La AP sólo identificó a la madre por su nombre, Isabel, y no divulgará la identidad de la niña a petición de sus abogados debido a que temen por su seguridad.
En los últimos días, Isabel y su hija han vivido en una de cientos de tiendas de campaña en Matamoros, donde hasta 2.000 migrantes duermen en un campamento con acceso limitado a alimentos, agua y atención médica, y donde algunas personas duermen cerca de inodoros desbordados. Isabel dijo que compartían su tienda con otra mujer y sus dos hijos.
La niña “está en grave peligro de una posible infección sistémica”, señaló Global Response Management en una carta.
“No debería de vivir bajo las duras condiciones de un campamento de refugiados”, añadió.
Los agentes fronterizos pueden eximir a los migrantes de “poblaciones vulnerables”, que en la práctica ha incluido a personas con enfermedades graves. Pero los abogados de inmigración señalaron que los agentes han excluido erróneamente a muchas personas enfermas, dejándolas esperando durante meses en refugios o campamentos precarios que han surgido junto a la frontera.
En un caso ocurrido este año, los agentes fronterizos llevaron una mujer que tenía ocho meses y medio de embarazo a un hospital de Estados Unidos, donde recibió una inyección para frenar las contracciones prematuras. Después, la enviaron de regreso a México.
Desde su retorno bajo el programa “Permanecer en México”, Isabel y su hija han pedido tres veces a los guardias del principal puente fronterizo que conecta a Brownsville con Matamoros que las excluyan del programa. Tuvieron su primera audiencia en la corte el lunes y fueron regresadas a México. Les comentaron que regresaran en marzo.
Eso cambió el martes, cuando un agente de la CBP contactó a uno de los abogados de la familia para decirle que tendrían otra oportunidad en el puente. Isabel y su hija fueron llevadas a una oficina de la agencia en el lado estadounidense y eventualmente fueron puestas en libertad con sus abogados, que planeaban llevarlas a un hotel.
“No debería necesitarse que un ejército de abogados y activistas realizara cuatro intentos en una semana para que los Estados Unidos asuman su responsabilidad y arreglen lo que ocurrió debido a las condiciones de detención de la CBP”, dijo Kim Hunter, abogada del grupo Project Corazón.
Mientras la niña miraba televisión, Isabel sollozaba con alegría y agradeció a sus abogados.
“No tengo palabras para agradecer el apoyo que me dieron a mí y a mi hija”, manifestó.
mmr
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