“Volveré Pronto”: McCain
El combativo senador republicano, héroe de guerra, ex candidato presidencial y férreo crítico de Putin y de Trump, enfrenta un tumor maligno en el cerebro.
Diagnosticado con un cáncer cerebral, el influyente senador estadunidense John McCain, de 80 años, ex prisionero en la guerra en Vietnam, candidato presidencial republicano en 2008 y duro crítico del mandatario ruso Vladímir Putin, prometió que “volverá a trabajar pronto”.
Desde que el tumor le fuera detectado, el miércoles, McCain ha recibido cientos de mensajes de homenaje provenientes de todas las trincheras políticas.
“Gracias por los mensajes de apoyo. Lamentablemente para mis sparring-partners del Congreso, pronto estaré de regreso”, tuiteó ayer, recurriendo a la jerga del boxeo para referirse a esos compañeros de entrenamiento que aceptan recibir golpes.
El tumor fue descubierto el viernes pasado, durante una intervención quirúrgica para retirar un coágulo de sangre sobre su ojo izquierdo.
Sus médicos identificaron un tumor maligno del tipo glioblastoma, por lo cual necesitará ser tratado con quimioterapia o radioterapia, según informó la Clínica Mayo de Phoenix, en Arizona, estado que McCain representa en el Senado.
“Los médicos del senador dicen que se recupera de la operación ‘increíblemente bien’ y que su estado de salud general es por otra parte excelente”, indicó la clínica en un comunicado.
Esta no es la primera vez que McCain se enfrenta al cáncer. Padeció melanomas en 1990 y 2000, los cuales remitieron tras los tratamientos. Su edad y su estado de salud fueron tema de la campaña presidencial de 2008, en la cual fue derrotado por Barack Obama.
El ex mandatario demócrata fue uno de los primeros en reaccionar a la noticia del mal.
“John McCain es un héroe estadunidense y uno de los luchadores más valientes que he conocido. El cáncer no sabe con quién se enfrenta. Envíalo al infierno, John”, escribió Obama en Twitter.
El presidente Donald Trump, con quien McCain mantiene tensas relaciones, señaló en un comunicado que el senador “siempre ha sido un luchador”.
“Melania y yo enviamos nuestros pensamientos y oraciones al senador McCain, a Cindy y a toda su familia. Mejórate pronto”, expresó el mandatario.
Desde todo el espectro político, tanto de viejos adversarios como de amigos, los mensajes no han cesado desde la noche del miércoles, cuando la noticia del diagnóstico se expandió como un reguero de pólvora.
Entre los más compartidos estuvo el de su hija Meghan.
“Él es la persona más fuerte que conozco. El enemigo más cruel no ha podido nunca quebrantarlo”, escribió. “El cáncer podrá afectarlo de muchas formas, pero nunca lo hará rendirse, porque nada lo ha hecho capitular jamás”.
John McCain fue elegido por primera vez en 1982 a la Cámara de Representantes, cuando era un ex piloto de la Marina recien retirado. Desde 1986, ha sido reelecto por los votantes de Arizona al Senado, donde se ha transformado en uno de los pilares en temas de defensa y de política exterior.
Su experiencia y su trayectoria le han granjeado el respeto de sus colegas parlamentarios, que no siempre aprueban su fibra independiente pero que no le pueden imponer el silencio. McCain preside actualmente la Comisión de Defensa del Senado.
Pese a su edad, no ha dejado de recorrer los puntos más candentes del planeta al frente de delegaciones legislativas, siendo su rostro muy conocido desde Bagdad a Kiev.
Férreo defensor del presupuesto para las fuerzas armadas, ferviente partidario de la guerra en Irak, McCain defiende una visión de “halcón” en política exterior. Es un acérrimo crítico de Putin, lo que le ha valido ser puesto en 2014 en una lista de estadunidenses sancionados por Rusia.
“Me imagino que eso quiere decir que mis vacaciones de primavera en Siberia han sido anuladas”, ironizó el senador, cuyo tono sarcástico es una marca de fábrica.
Como candidato presidencial, Trump cuestionó que se llamara héroe a McCain debido a que había sido “capturado” durante la guerra de Vietnam. En 1967, el avión que piloteaba McCain fue derribado sobre Hanói. Permaneció como prisionero del gobierno comunista hasta 1973, en un cautiverio durante el cual padeció torturas cuyas secuelas aún son visibles en uno de sus brazos.
Políticamente, su ausencia forzada plantea un problema para la mayoría republicana en el Senado, que pasa de hecho de 52 a 51 sobre 100. En el Congreso, los legisladores deben votar imperativamente en persona.
Hasta el momento, se ignora cuándo estaría McCain en condiciones de regresar a Washington.
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