MONTERREY.- Los nervios con los que Arlette Karina Páez Cruz ingresó por primera vez a un salón de clases hace 20 años, con el paso del tiempo se transformaron en amor por su profesión, ante la responsabilidad de guiar vidas con sus enseñanzas.

Crecer en una familia de profesores impulsó su sueño desde niña, donde jugar a la escuelita sirvió de preparación para lo que le deparaba el futuro.

En tanto, el tiempo se volvió un aliado, y la experiencia le ha brindado la oportunidad de ver el fruto de su trabajo, reflejado en los que fueron sus alumnos.

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Si bien este año ha sido muy distinto, pues la maestra Kary ha tenido que trasladar el material de trabajo del aula a la sala de su casa, el tiempo de pandemia también le ha traído enseñanzas.

En 20 años ejerciendo la docencia, la maestra Arlette Karina ha sido testigo del cambio en las generaciones, y envía un mensaje a quienes comparten la profesión que la llena de satisfacción y felicidad, la de guiar vidas, a través del conocimiento.

Con paciencia y amor trabaja Karen Rodríguez, quien da clases a niños de 4 años

Ser maestro es una noble labor en cualquier nivel educativo, pero estar a cargo de niños de tan solo cuatro años requiere de mucha paciencia, pero sobre todo amor.

Karen Rodríguez García, quien tiene 10 años de maestra en el Latin American School, una carrera que eligió por amor a los niños aunque reconoce que el compromiso y responsabilidad es mucha ya que en la niñez se pueden aprender muchas cosas que definen a los adultos.

Para ella la vida se transforma al estar en contacto con los rostros de los niños que con su alegría están listos para aprender.

Aunque el reto actual para los maestros ha sido mantener la atención mediante una pantalla haciendo todo lo necesario para llamar su atención.

Y aunque los padres de familia pudieran pensar que la modalidad en línea no funciona del todo, los maestros al hacer su mayor esfuerzo se dan cuenta del avance que tienen los alumnos

Aunque el trabajo con los niños son algunas horas, en realidad ellos dedican tiempo en preparar sus temas, materiales, evaluar que son cosas que no se ven.

Los maestros cuentan con los conocimientos para enseñar, pero sobre todo el amor para educar con paciencia, una característica que no tiene cualquier persona.