Con paciencia y amor trabaja Karen Rodríguez, quien da clases a niños de 4 años
Para ella la vida se transforma al estar en contacto con los rostros de los niños que con su alegría están listos para aprender.
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MONTERREY.- Ser maestro es una noble labor en cualquier nivel educativo, pero estar a cargo de niños de tan solo cuatro años requiere de mucha paciencia, pero sobre todo amor.
Karen Rodríguez García, quien tiene 10 años de maestra en el Latin American School, una carrera que eligió por amor a los niños aunque reconoce que el compromiso y responsabilidad es mucha ya que en la niñez se pueden aprender muchas cosas que definen a los adultos.
Para ella la vida se transforma al estar en contacto con los rostros de los niños que con su alegría están listos para aprender.
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Aunque el reto actual para los maestros ha sido mantener la atención mediante una pantalla haciendo todo lo necesario para llamar su atención.
Y aunque los padres de familia pudieran pensar que la modalidad en línea no funciona del todo, los maestros al hacer su mayor esfuerzo se dan cuenta del avance que tienen los alumnos
Aunque el trabajo con los niños son algunas horas, en realidad ellos dedican tiempo en preparar sus temas, materiales, evaluar que son cosas que no se ven.
Los maestros cuentan con los conocimientos para enseñar, pero sobre todo el amor para educar con paciencia, una característica que no tiene cualquier persona.
Educación a distancia un reto para Edgar Castillo, maestro de secundaria
A la una de la tarde en punto, el profesor Edgar Francisco Castillo Treviño se conecta para dar su clase, y la da, haya o no alumnos.
La educación a distancia ha representado todo un reto para este maestro de dos secundarias, pues de 50 estudiantes que tiene, sólo unos pocos se conectan, y a veces, sólo uno o dos.
Con 24 años de experiencia magisterial, el profesor Castillo siempre da la clase, aunque sean pocos alumnos, para no retrasar el programa, pero sabe que muchos jovencitos se quedan sin la clase.
El problema generalmente es económico, porque la gente no tiene el equipo ideal para conectarse y termina haciendo lo en teléfono celular, y muchas veces no tienen para pagar e internet, y sólo entran a clase cuando tienen algo de saldo.Esto repercute en el aprovechamiento.
Son ya más de 420 días sin clase presencial, explica el profesor Castillo Treviño, quien lleva la cuenta de estas clases digitales. Sabe que estudiar en línea no motiva a los alumnos, que extrañan la convivencia con sus compañeros y maestros.
Lo ideal es volver a las clases presenciales, explica el profesor Castillo Treviño, quien manifiesta su confianza de que la vacuna contra el Covid19 aplicada a los trabajadores de la educación, permita regresar a las aulas y a la enseñanza tradicional.
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