Entrenan perros para detectar casos de Covid-19 en Hermosillo
El director del equipo de entrenamiento, Sergio Castilla, explicó que se trabaja con una técnica en positivo en la cual el perro no corre riesgo y no sufre ningún tipo de daño.
HERMOSILLO.- Luego de 4 meses de mantener cerrado su centro de entrenamiento canino debido al Covid-19, Sergio Castilla pensó en una forma de reactivarse y contribuir a los esfuerzos por contener la pandemia, por lo que se le ocurrió replicar en Hermosillo, Sonora, lo que se intentaba hacer del otro lado del mundo, entrenar perros para detectar el virus.
De inmediato compartió su inquietud con Juan Manuel Mancilla Tapia, a quien le había ayudado a entrenar a Leia, una perra de servicio y alerta médica que lo ayuda a detectar y superar las crisis epilépticas que padece.
Fue así que junto a su amiga Victoria Lozano, crearon OBI Caninos contra el covid, el primer proyecto en su tipo desarrollado en México con el fin de detectar desde etapas tempranas a personas que sean portadoras del virus, incluso antes de que desarrollen síntomas, tan sólo con el olor de los compuestos orgánicos volátiles (COV) que se desprenden del sudor, la saliva o la orina.
“Si tu tienes un virus o si tienes una bacteria, el perro va a cambiar su comportamiento, se va a sentir un poco preocupado, tenso, porque no sabe cómo explicarte que hay algo dentro de ti que te está haciendo tener un aroma diferente, un cuerpo extraño, finalmente las enfermedades son eso”, explicó Sergio.
Además de la iniciativa privada, cuentan con el apoyo del área de investigación de la Universidad de Sonora y de la Secretaría de Salud, con quien se coordinan para trabajar con las muestras recolectadas en los centros Anticipa, donde diariamente decenas de sonorenses acuden a realizarse la prueba del Covid-19.
Pero la pieza clave para que en tres meses de trabajo, aseguran, hayan logrado avanzar incluso más rápido que equipos europeos, ha sido haber contactado y a investigadores de la Universidad de Durham en Inglaterra, y a la doctora Anna Hielm-Bjorkman de la Universidad de Helsinki.
“Ella nos abrió las puertas en un grupo internacional y nos hemos ido documentando gracias a todos estos expertos de más de siete países que llevan más tiempo estudiando cómo los perros pueden detectar Covid-19 y otras enfermedades como el cáncer, y algunos de ellos ya están operando sus programas en los aeropuertos”, comentó Juan Manuel, quien se ha encargado de dirigir el proyecto.
Los cuatro primeros canes en ser entrenados en Hermosillo para detectar coronavirus y así salvar cientos de vidas, son Leia, una Golden Retriever; Sam, un Pastor Belga; y tres perros Pastor Alemán: Mike, Ringa y Harry.
Ellos se encuentran en la etapa III del entrenamiento y en dos semanas podrían convertirse en los primeros en Latinoamérica en poner en práctica lo aprendido en un aeropuerto, en éste caso el Aeropuerto Internacional General Ignacio Pesqueira, ubicado en Hermosillo.
Una vez que se tengan los primeros resultados, se iniciará con el entrenamiento de seis perros más, buscando que en una siguiente etapa del Proyecto OBI, se pueda contar con suficientes para cubrir hospitales y puntos de ingreso al estado que ayuden a frenar un nuevo avance de la pandemia.
El director del equipo de entrenamiento, Sergio Castilla, explicó que se trabaja con una técnica en positivo en la cual el perro no corre riesgo y no sufre ningún tipo de daño puesto que nunca está en contacto con la muestra, y si lo estuviera, no existe evidencia científica de que un perro haya enfermado de coronavirus, incluso aún siendo inoculado.
La primera etapa del entrenamiento consiste en generar un apego o adicción del perro hacia un juguete para luego colocar un pedazo de éste dentro de un recipiente que es una especie de salero, junto a una muestra de sudor de un paciente que dio positivo a covid-19 en los laboratorios estatales.
De esta forma el perro busca su juguete que se encuentra siempre junto a la muestra.
“Es decirle ‘¿quieres tu juguete? busca este olor’, y se le hace una adicción el aroma, porque quiere jugar”, afirmó el entrenador.
Una vez que el perro aprende a diferenciar los componentes que hay dentro de la caja, se retira el objeto y únicamente se deja la muestra, así, cuando logra detectarla se le premia con el juguete.
Finalmente se trabaja en la detección de la muestra positiva dentro de un grupo de muestras negativas, lo que se convierte en el gran desafío, que no exista error al momento en que el perro discrimina las muestras.
Los primeros lugares en donde se puso en operación un programa como éste en lugares públicos fueron, Líbano, Dubai, Francia y en el aeropuerto de Helsinki, con resultados del 85 hasta casi el 100 por ciento de efectividad.
El proyecto OBI Caninos contra el covid es de los más avanzados en América Latina, pero también se trabaja en distintas etapas en Colombia, Chile y Argentina, mientras que en México recientemente iniciaron entrenamientos en Yucatán.
El plan a futuro, comentó Juan Manuel Mancilla, es desarrollar el primer instituto canino para la detección de diferentes patógenos en el país, pues está convencido de que la detección de enfermedades como el cáncer o la influenza mediante el olfato de los perros es una realidad.
Hoy, para él, Leia es la heroína que lo ayuda a detectar sus crisis convulsivas, al igual que lo hizo Obi quien lo acompañó y lo protegió durante los últimos 11 años como su perro de servicio y alerta médica, y al fallecer a principios de 2020 decidió bautizar el proyecto de detección de Covid-19 en su honor.
ard
HERMOSILLO.- Luego de 4 meses de mantener cerrado su centro de entrenamiento canino debido al Covid-19, Sergio Castilla pensó en una forma de reactivarse y contribuir a los esfuerzos por contener la pandemia, por lo que se le ocurrió replicar en Hermosillo, Sonora, lo que se intentaba hacer del otro lado del mundo, entrenar perros para detectar el virus.
De inmediato compartió su inquietud con Juan Manuel Mancilla Tapia, a quien le había ayudado a entrenar a Leia, una perra de servicio y alerta médica que lo ayuda a detectar y superar las crisis epilépticas que padece.
Fue así que junto a su amiga Victoria Lozano, crearon OBI Caninos contra el covid, el primer proyecto en su tipo desarrollado en México con el fin de detectar desde etapas tempranas a personas que sean portadoras del virus, incluso antes de que desarrollen síntomas, tan sólo con el olor de los compuestos orgánicos volátiles (COV) que se desprenden del sudor, la saliva o la orina.
“Si tu tienes un virus o si tienes una bacteria, el perro va a cambiar su comportamiento, se va a sentir un poco preocupado, tenso, porque no sabe cómo explicarte que hay algo dentro de ti que te está haciendo tener un aroma diferente, un cuerpo extraño, finalmente las enfermedades son eso”, explicó Sergio.
Además de la iniciativa privada, cuentan con el apoyo del área de investigación de la Universidad de Sonora y de la Secretaría de Salud, con quien se coordinan para trabajar con las muestras recolectadas en los centros Anticipa, donde diariamente decenas de sonorenses acuden a realizarse la prueba del Covid-19.
Pero la pieza clave para que en tres meses de trabajo, aseguran, hayan logrado avanzar incluso más rápido que equipos europeos, ha sido haber contactado y a investigadores de la Universidad de Durham en Inglaterra, y a la doctora Anna Hielm-Bjorkman de la Universidad de Helsinki.
“Ella nos abrió las puertas en un grupo internacional y nos hemos ido documentando gracias a todos estos expertos de más de siete países que llevan más tiempo estudiando cómo los perros pueden detectar Covid-19 y otras enfermedades como el cáncer, y algunos de ellos ya están operando sus programas en los aeropuertos”, comentó Juan Manuel, quien se ha encargado de dirigir el proyecto.
Los cuatro primeros canes en ser entrenados en Hermosillo para detectar coronavirus y así salvar cientos de vidas, son Leia, una Golden Retriever; Sam, un Pastor Belga; y tres perros Pastor Alemán: Mike, Ringa y Harry.
Ellos se encuentran en la etapa III del entrenamiento y en dos semanas podrían convertirse en los primeros en Latinoamérica en poner en práctica lo aprendido en un aeropuerto, en éste caso el Aeropuerto Internacional General Ignacio Pesqueira, ubicado en Hermosillo.
Una vez que se tengan los primeros resultados, se iniciará con el entrenamiento de seis perros más, buscando que en una siguiente etapa del Proyecto OBI, se pueda contar con suficientes para cubrir hospitales y puntos de ingreso al estado que ayuden a frenar un nuevo avance de la pandemia.
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El director del equipo de entrenamiento, Sergio Castilla, explicó que se trabaja con una técnica en positivo en la cual el perro no corre riesgo y no sufre ningún tipo de daño puesto que nunca está en contacto con la muestra, y si lo estuviera, no existe evidencia científica de que un perro haya enfermado de coronavirus, incluso aún siendo inoculado.
La primera etapa del entrenamiento consiste en generar un apego o adicción del perro hacia un juguete para luego colocar un pedazo de éste dentro de un recipiente que es una especie de salero, junto a una muestra de sudor de un paciente que dio positivo a covid-19 en los laboratorios estatales.
De esta forma el perro busca su juguete que se encuentra siempre junto a la muestra.
“Es decirle ‘¿quieres tu juguete? busca este olor’, y se le hace una adicción el aroma, porque quiere jugar”, afirmó el entrenador.
Una vez que el perro aprende a diferenciar los componentes que hay dentro de la caja, se retira el objeto y únicamente se deja la muestra, así, cuando logra detectarla se le premia con el juguete.
Finalmente se trabaja en la detección de la muestra positiva dentro de un grupo de muestras negativas, lo que se convierte en el gran desafío, que no exista error al momento en que el perro discrimina las muestras.
Los primeros lugares en donde se puso en operación un programa como éste en lugares públicos fueron, Líbano, Dubai, Francia y en el aeropuerto de Helsinki, con resultados del 85 hasta casi el 100 por ciento de efectividad.
El proyecto OBI Caninos contra el covid es de los más avanzados en América Latina, pero también se trabaja en distintas etapas en Colombia, Chile y Argentina, mientras que en México recientemente iniciaron entrenamientos en Yucatán.
El plan a futuro, comentó Juan Manuel Mancilla, es desarrollar el primer instituto canino para la detección de diferentes patógenos en el país, pues está convencido de que la detección de enfermedades como el cáncer o la influenza mediante el olfato de los perros es una realidad.
Hoy, para él, Leia es la heroína que lo ayuda a detectar sus crisis convulsivas, al igual que lo hizo Obi quien lo acompañó y lo protegió durante los últimos 11 años como su perro de servicio y alerta médica, y al fallecer a principios de 2020 decidió bautizar el proyecto de detección de Covid-19 en su honor.
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