Con Salvador Cienfuegos, Sedena pagó por acero alemán y le entregaron chino
La operación tuvo un sobreprecio estimado de 920 mil pesos que representa 57.6 por ciento respecto del importe que la Sedena pagó por los bienes adquiridos.
MÉXICO.- Las principales irregularidades detectadas por la Auditoría Superior de la Federación (ASF) en la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) cuando estuvo encabezada por Salvador Cienfuegos tienen que ver con la falta de certeza del origen de los materiales adquiridos para la fabricación de armamento militar.
A la fecha, la Sedena tiene montos pendientes por aclarar ante la ASF por casi 30 millones de pesos, de los cuales 12.3 millones corresponden a irregularidades de los años 2017 y 2018, es decir, en el sexenio de Enrique Peña Nieto.
Del año 2017, tiene cuentas pendientes por aclarar por 3.6 millones de pesos. Entre las principales anomalías que resultaron tras la auditoría a la Cuenta Pública 2017 están la adquisición de “Productos metálicos y a base de minerales no metálicos adquiridos como materia prima” a la empresa identificada con el RFC GAM151020QX3, es decir, una compañía constituida hacía apenas dos años al momento de su contratación.
Esta empresa vendió a Sedena, en una de las partidas para las que fue contratada, barras cuadradas de acero que supuestamente eran originarias de Alemania del fabricante VULKAN, pero la ASF encontró que esos bienes correspondían a pedimentos de importación realizados por una empresa intermediaria, CMR960722HU3, la cual importó las barras de la República Popular de China.
Este intermediarismo, indicó la ASF, propició que la Sedena adquiriera esos bienes con un sobreprecio estimado de 920 mil pesos que representa el 57.6 por ciento respecto del importe que la Sedena pagó por los bienes adquiridos.
Además, detectó que la empresa CMR960722HU3, que fue la que le vendió los bienes a GAM151020QX3, había sido proveedora activa de la Sedena durante los ejercicios 2016 y 2017, pero que cuando se contrató a GAM151020QX3 no fue considerada y, en cambio, se convirtió en intermediara de la compañía elegida.
La ASF analizó la relación entre ambas empresas y detectó que el hijo de los socios de CMR960722HU3, además de tener un poder notarial para pleitos y cobranzas de la citada empresa, trabaja en GAM151020QX3 y, adicionalmente, el representante legal de la empresa CMR960722HU3 era asesor y proveedor de GAM151020QX3.
En otra compra, la ASF también encontró que la empresa GAM151020QX3 debía proporcionar 10 certificados de calidad de los materiales adquiridos, los cuales debían ser expedidos por las empresas fabricantes de los bienes.
Ahí se detectó que la empresa GAM151020QX3 no fue la que adquirió los bienes directamente del fabricante para entregárselos a Sedena, sino que hubo empresas intermediarias, identificadas con los RFC MDI8508139K8 y CMR960722HU3, pues cuatro certificados de calidad salieron a nombre de esas empresas y no de GAM151020QX3, “por lo que se infiere que los certificados entregados por esta última no eran fidedignos”.
De los otros seis documentos restantes, cinco no eran certificados emitidos por el fabricante de los bienes, sino documentos que contienen resultados de diversas pruebas de laboratorio a las que fueron sometidos los materiales realizadas por las empresas CUP870529UG7 y TME840710TR4, mientras que el documento restante corresponde a un escrito emitido por la empresa ROS851122U50, en el cual se señala que los bienes se encuentran certificados.
Una empresa incumplida
En 2018, la ASF detectó un probable daño al patrimonio federal por 8 millones 684 mil 800 pesos en un contrato de adquisición de productos metálicos y a base de minerales no metálicos adquiridos como materia prima, firmado con la empresa Productos Industriales Hadar.
En ese caso, encontró que Sedena otorgó a dicho proveedor un anticipo del 50 por ciento del monto del contrato, equivalente a 7 millones 407 mil 600 pesos, para la entrega de los bienes entre el 16 al 31 de julio de 2018. Sin embargo, el último día que tenía para entregar los productos, el 31 de julio de 2018, el proveedor solicitó una prórroga de 45 días adicionales para la entrega de los materiales, pero al final de la prórroga de 30 días que se le dio, los bienes no fueron entregados.
La Sedena rescindió el contrato e inició el procedimiento respectivo para la recuperación del anticipo y la aplicación de la garantía de cumplimiento por el monto de 8 millones 684 mil 800 pesos, de los cuales no se cuenta con evidencia de su reintegro a la Tesorería de la Federación.
Como resultado de la visita domiciliaria al proveedor Productos Industriales Hadar, la ASF encontró que dicho proveedor se constituyó en enero de 2017, un año antes de ser contratada, por lo tanto no tenía experiencia en la venta de los bienes requeridos por Sedena e importaría los productos a venderle a Sedena.
La ASF concluyó que la secretaría “no llevó a cabo una adecuada investigación de mercado que le permitiera seleccionar al proveedor que tuviera experiencia en la venta de los bienes con las características solicitadas y contara con la capacidad técnica y económica para cumplir con el contrato”.
cog
MÉXICO.- Las principales irregularidades detectadas por la Auditoría Superior de la Federación (ASF) en la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) cuando estuvo encabezada por Salvador Cienfuegos tienen que ver con la falta de certeza del origen de los materiales adquiridos para la fabricación de armamento militar.
A la fecha, la Sedena tiene montos pendientes por aclarar ante la ASF por casi 30 millones de pesos, de los cuales 12.3 millones corresponden a irregularidades de los años 2017 y 2018, es decir, en el sexenio de Enrique Peña Nieto.
Del año 2017, tiene cuentas pendientes por aclarar por 3.6 millones de pesos. Entre las principales anomalías que resultaron tras la auditoría a la Cuenta Pública 2017 están la adquisición de “Productos metálicos y a base de minerales no metálicos adquiridos como materia prima” a la empresa identificada con el RFC GAM151020QX3, es decir, una compañía constituida hacía apenas dos años al momento de su contratación.
Esta empresa vendió a Sedena, en una de las partidas para las que fue contratada, barras cuadradas de acero que supuestamente eran originarias de Alemania del fabricante VULKAN, pero la ASF encontró que esos bienes correspondían a pedimentos de importación realizados por una empresa intermediaria, CMR960722HU3, la cual importó las barras de la República Popular de China.
Este intermediarismo, indicó la ASF, propició que la Sedena adquiriera esos bienes con un sobreprecio estimado de 920 mil pesos que representa el 57.6 por ciento respecto del importe que la Sedena pagó por los bienes adquiridos.
Además, detectó que la empresa CMR960722HU3, que fue la que le vendió los bienes a GAM151020QX3, había sido proveedora activa de la Sedena durante los ejercicios 2016 y 2017, pero que cuando se contrató a GAM151020QX3 no fue considerada y, en cambio, se convirtió en intermediara de la compañía elegida.
La ASF analizó la relación entre ambas empresas y detectó que el hijo de los socios de CMR960722HU3, además de tener un poder notarial para pleitos y cobranzas de la citada empresa, trabaja en GAM151020QX3 y, adicionalmente, el representante legal de la empresa CMR960722HU3 era asesor y proveedor de GAM151020QX3.
En otra compra, la ASF también encontró que la empresa GAM151020QX3 debía proporcionar 10 certificados de calidad de los materiales adquiridos, los cuales debían ser expedidos por las empresas fabricantes de los bienes.
Ahí se detectó que la empresa GAM151020QX3 no fue la que adquirió los bienes directamente del fabricante para entregárselos a Sedena, sino que hubo empresas intermediarias, identificadas con los RFC MDI8508139K8 y CMR960722HU3, pues cuatro certificados de calidad salieron a nombre de esas empresas y no de GAM151020QX3, “por lo que se infiere que los certificados entregados por esta última no eran fidedignos”.
De los otros seis documentos restantes, cinco no eran certificados emitidos por el fabricante de los bienes, sino documentos que contienen resultados de diversas pruebas de laboratorio a las que fueron sometidos los materiales realizadas por las empresas CUP870529UG7 y TME840710TR4, mientras que el documento restante corresponde a un escrito emitido por la empresa ROS851122U50, en el cual se señala que los bienes se encuentran certificados.
Una empresa incumplida
En 2018, la ASF detectó un probable daño al patrimonio federal por 8 millones 684 mil 800 pesos en un contrato de adquisición de productos metálicos y a base de minerales no metálicos adquiridos como materia prima, firmado con la empresa Productos Industriales Hadar.
En ese caso, encontró que Sedena otorgó a dicho proveedor un anticipo del 50 por ciento del monto del contrato, equivalente a 7 millones 407 mil 600 pesos, para la entrega de los bienes entre el 16 al 31 de julio de 2018. Sin embargo, el último día que tenía para entregar los productos, el 31 de julio de 2018, el proveedor solicitó una prórroga de 45 días adicionales para la entrega de los materiales, pero al final de la prórroga de 30 días que se le dio, los bienes no fueron entregados.
La Sedena rescindió el contrato e inició el procedimiento respectivo para la recuperación del anticipo y la aplicación de la garantía de cumplimiento por el monto de 8 millones 684 mil 800 pesos, de los cuales no se cuenta con evidencia de su reintegro a la Tesorería de la Federación.
Como resultado de la visita domiciliaria al proveedor Productos Industriales Hadar, la ASF encontró que dicho proveedor se constituyó en enero de 2017, un año antes de ser contratada, por lo tanto no tenía experiencia en la venta de los bienes requeridos por Sedena e importaría los productos a venderle a Sedena.
La ASF concluyó que la secretaría “no llevó a cabo una adecuada investigación de mercado que le permitiera seleccionar al proveedor que tuviera experiencia en la venta de los bienes con las características solicitadas y contara con la capacidad técnica y económica para cumplir con el contrato”.
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