INM mantiene prisionero a polaco con residencia permanente en México

Filip Roger Zalewski llegó a México con la intención de vivir en el paraíso del sureste mexicano, en Playa del Carmen, Quintana Roo. Sin embargo, una pesadilla comenzó la noche del 21 de abril de 2022, cuando el Instituto Nacional de Migración impidió que entrara a México, y con base en una ficha roja, desde entonces lo mantiene en condiciones de prisionero.

Según ha podido averiguar su defensa, en Polonia, su país de nacimiento, se le acusa de lavado de dinero, por dirigir una empresa que abría cuentas bancarias con las que blanqueaban recursos.

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Sin embargo, Zalewski no tiene ningún proceso penal en su contra ni ha sido aprehendido formalmente, es un ciudadano y empresario polaco con residencia mexicana permanente desde 2020, y, además, con una solicitud vigente de refugio en México ante la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar). Incluso su defensa obtuvo una carta de no antecedentes penales en Polonia.

“El Instituto Nacional de Migración tiene detenido por más de un año, de hecho, ya van a ser un año y cuatro meses, a una persona que no tiene orden de aprehensión en su contra, no tiene orden, solicitud de extradición formal en su contra y no tienen ninguna situación que provoque que pueda estar privado de su libertad”, dijo en entrevista su abogado, Leopoldo Velarde Ortiz.

Los primeros cuatro meses de su detención fueron deplorables: en la sala de la terminal 2 del aeropuerto de Cancún, donde lo retuvieron, tenía las luces encendidas las 24 horas y dormía en una colchoneta en el suelo. No podía ducharse de forma constante y comía chatarra que la aerolínea Copa Airlines, en la que llegó a México, le entregaba todos los días.

“Parece ser que las autoridades del INM no se dan cuenta que Filip no es un prisionero sentenciado ni sujeto a proceso penal, es una persona que está sujeta a un proceso migratorio y a un juicio de amparo, pero todos sus derechos como persona que se encuentra en México y que tiene derechos a toda la protección constitucional mexicana y de DH, le han sido violadas”, dijo Velarde.

Aunque después, las cosas no mejoraron mucho. Fue trasladado a la Estación Migratoria de Cancún. Ahí, un lugar destinado a albergar a migrantes por menos de un mes, Zalewsky lleva 10 meses, con una dieta basada en pasta, frijoles y arroz y donde solo puede tener los tenis, calcetines, short y camiseta que se le entregaron.

“Sus condiciones no mejoraron mucho, vive en una celda muy similar a las que tienen las cárceles mexicanas, con plancha de cemento, que es la cama, con un retrete en el mismo cuarto, de metal, y con una posibilidad de higiene muy deficiente y con una alimentación bastante terrible”, explicó su abogado.

El 20 de junio, además, Zalewski sufrió de un episodio en el que sufrió de desmayos y alucinaciones. Gracias a la mediación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, fue enviado a un hospital donde le proporcionaron suero intravenoso y le realizaron estudios, pues se teme que haya sufrido de insolación o que haya contraído dengue.

Hasta la fecha, el Instituto Nacional de Migración se ha lavado las manos, a la espera de que sea una jueza quien resuelva si Zalewski debe ser liberado o no. La resolución se ha alargado más de un año, y se ha argumentado que por la carga de trabajo no se ha emitido una respuesta.

“Su único pecado es, no sé, ser un empresario exitoso y probablemente ser odiado por alguien y entonces tenerlo ahí atrás de, no de una reja, pero sí una puerta de metal”, concluyó el abogado de Zalewski.

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