A la zapoteca y con chachito horneado: así recuerdan a Max, el bebé muerto en el sismo de 2017
Valeria Ruiz narra cómo fue la pérdida de su hijo aquel 17 de septiembre. El menor, explica, se fue a dormir por la noche para ya no despertar jamás.
El 7 de septiembre de 2017 es una fecha que Valeria Ruiz nunca olvidará. Hace siete años se encontraba en su vivienda como cada noche acompañada por sus dos únicos hijos.
Después de ver la televisión, Máximo, el menor de tres años, se quedó dormido para no despertar jamás. Esa noche el sismo de magnitud 8.2 provocó que el techo de teja les cayera encima a los tres.
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Mientras que Valeria y su hijo mayor lograron salir, Máximo no consiguió llegar a la puerta de la vivienda que hubiera significado la esperanza de seguir con vida.
????️ Max era solo un bebé cuando murió durante el #sismo.
— Telediario Puebla (@TelediarioPUE) September 7, 2024
Aquel 17 de septiembre se fue a dormir como cada noche, aunque no despertó jamás.
Valeria, su madre, narra que todos en su casa pudieron salir de entre escombros, todos menos el hijo que hoy echa de menos.
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“Sí de tejas, era de las casas antiguas. Entonces todo se nos fue encima, todos los palos que estaban atravesados y ya en eso mis tíos comenzaron a pedir auxilio. Llegaron los vecinos, nos apoyaron y pues nos pudieron sacar, pero el bebé ya no contaba con signos vitales”, relató Valeria a MULTIMEDIOS aún con un dolor evidente que le humedeció los ojos.
El sismo apuntó a Max entre los 37 muertos en Oaxaca
Como lo marca la tradición zapoteca, Irma junto con familiares, amigos y vecinos se preparan para celebrar el séptimo aniversario luctuoso de su hijo menor Máximo.
Los preparativos comienzan desde temprano. Para ello se prepara la carne, el condimento y el horno en el cual dejarán listo el guiso que es chochito horneado con mole.
“Sí nos están ayudando mis familiares, mi mamá, mis tíos y pues amistades que están allá, sí me están ayudando a preparar la comida”, relata Valeria.
El sismo magnitud 8.2 del siete de septiembre de 2017 devastó con severidad el municipio de Juchitán en el Istmo de Tehuantepec, dejando a su paso 37 personas fallecidas bajo los escombros.
Para Valeria nada será igual, aunque reconoce que hoy día tiene que seguir con el recuerdo, siemore viendo por el futuro de su hijo mayor.
“A veces si lo entiendo, digo, me pongo a pensar: hay una familia que perdió prácticamente toda la familia, quedó solo la señora creo, y pues yo me pongo a pensar 'fue un niño' y pues si tenía una vida por delante. [Pero] ahorita es como si estuviera en la escuela, ¿no?, imagínate 10 años, quién sabe qué tamaño estuviera. Su carita, todo eso me imagino, pero sí, estas fechas pues es difícil”.
EG
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