Tras los “huesos”

Luego de conocerse que en Torreón ganó el panista Jorge Zermeño la alcaldía, mientras que Miguel Riquelme la gubernatura, ya empezó el movimiento de todos aquellos que quieren tener un “hueso” en las administraciones municipal y estatal. En Torreón, volvieron a resurgir los de la vieja escuela panista, aquella que acompañó a Zermeño Infante en su primera administración, muchos de los cuales acudieron a la entrega de la carta de constancia, quienes en todo momento buscaban aparecer en la foto junto al triunfador.

Pero en el caso contrario, hay muchos priístas que ya están haciendo maletas, muchos se han acercado a Miguel Mery Ayup, quien se dice quedará en el gabinete de Miguel Riquelme, lo mismo que Rigo Flores y Mario Cepeda, ya que son gente de su entera confianza.

Se sabe que las oficinas de la presidencia municipal han empezado supuestamente a ser desmanteladas por sus ocupantes, ya que se han empezado a llevar cuadros, muebles, no vaya a ser que en la transición se queden en la calle. Los que ocupan puestos de primer nivel en la actual administración, luego de ver que Mery Ayup perdió, le prendieron veladoras a Miguel Riquelme para que ganara, por lo que ahora que logró el triunfo, ahora le encendieron cirios, para que los contrarios que impugnarán la elección, no se salgan con la suya.

En donde están contentos es en Saltillo, ya que los priístas mantendrán su chamba, ya que gracias a ellos se puede decir que el conteo final del Instituto Electoral de Coahuila, le dio la victoria a Miguel Riquelme.

En un principio se llegó a pensar que de ganar Riquelme Solís, habría muchos torreonenses en la próxima administración estatal, pero lo sucedido en la capital del estado, les garantiza la permanencia en sus puestos, principalmente a aquellos que son empleados de confianza.

Se dice que a partir de ya, empieza la operación cicatriz, por lo que a todos aquellos políticos que perdieron y que están manifestándose, porque algo buscan y se los darán, por lo que así todo volverá a la normalidad. No cabe duda que un buen “hueso” aplaca a cualquiera.