Cómo cortar la cebolla sin llorar: trucos que sí funcionan

Todo aquel que alguna vez haya cortado una cebolla sabe bien que es muy difícil hacerlo sin evitar soltar unas cuantas lágrimas.

Si bien se trata de un fenómeno que es muy común, hay varias formas de evitarlo y en Telediario te dejamos algunos tips para la próxima vez que vayas a picar cebolla y no quieras terminar llorando.

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Trucos para cortar cebolla sin llorar

Algunos de los mejores tips para evitar llorar al momento de cortar cebolla son:

• No cortar cerca de la raíz: Este método es dado ni más ni menos que por el afamado chef Gordon Ramsay, y consiste en no cortar la raíz ni la parte alrededor de ésta, pues es una de las que mayores irritantes concentra.
• Sumergirla en agua fría: Uno de los mejores trucos para cortar cebolla sin llorar es partirla por la mitad y sumergirla en agua fría unos minutos, para después dejarla secar y entonces proceder a cortar.
• Un cuchillo afilado: El contar con un cuchillo bien afilado al momento de cortar cebolla ayudará a evitar que lloremos, esto debido a que al hacer cortes más limpios se evitará romper o aplastar más fibras de la cebolla y por ende salpicará menos jugo.
• Bañar la cebolla en vinagre: Este método consiste en sumergir la cebolla en un recipiente con vinagre blanco durante al menos 10 minutos, para después secarla y proceder a cortarla con normalidad.
• Meterla al refrigerador: Este truco es uno de los más simples, pues consiste sólo en meter la cebolla al refrigerador para que al cortarla salpique menos jugo y no llegue hasta nuestros ojos.
• Colocar una servilleta mojada: Este método ha sido dado a conocer a través de redes sociales, en particular TikTok, y consiste en colocar una servilleta mojada a un costado de la cebolla que estamos cortando; la intención es que la servilleta absorba los jugos que expulsa la cebolla y así evitar que nos salpiquen en el rostro.

¿Por qué hacer llorar la cebolla?

Durante su crecimiento, la cebolla absorbe azufre del suelo donde está cultivada y es al cortarla provocamos que éste se desprenda de ella.

Al entrar en contacto con nuestros ojos, de acuerdo con los especialistas, se genera ácido sulfúrico, lo que provoca que nuestros ojos comiencen a lagrimear, como un acto de reflejo.

La intención es que al generar líquidos, los ojos diluyan el ácido sulfúrico generado y así se puedan proteger.

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MCJ

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