Maestro camina decenas de kilómetros para subir a montaña y llevarle la tarea a sus alumnos
El docente explicó que 120 familias viven de la siembra y no tienen recursos para tomar clases virtuales.
LA PAZ.- Las clases por internet se ha vuelto corrientes en épocas del nuevo coronavirus. Pero en una remota región de los andes bolivianos adonde recién llegó la electricidad, un maestro camina varios kilómetros por empinados senderos para llevar la tarea a sus alumnos desde que el gobierno declaró la cuarentena hace casi dos meses.
"Los niños me escuchan sorprendidos e incrédulos pero atentos cuando les hablo del coronavirus en quechua. Sus padres piensan que el virus es un invento del gobierno y no comprenden por qué todo está parado", contó por teléfono a The Associated Press Wilson León, un maestro rural de una escuela de 12 alumnos de entre 10 y 13 años en la provincia de Chuquisaca, al sur del país.
En el caserío de la comunidad Loman habitan 120 familias, todos indígenas pobres que viven de la siembra de trigo, maíz y algunas frutas en las pendientes entre la puna y el valle. Sólo algunos padres tienen celulares y para hacer una llamada deben trepar las lomas para captar señal. No hay internet y la electricidad llegó hace poco, explicó León, que vive en el pueblo de Cororó, a 60 kilómetros, junto a su esposa y una hija pequeña.
En las ciudades y pueblos los maestros imparten clases por la red desde que se declaró la cuarentena el 20 de marzo, pero en las apartadas zonas rurales, alumnos y docentes quedaron librados a su suerte. El gobierno planea usar la radio, la televisión e internet para continuar la enseñanza ante un incierto reinicio de clases, dijo el ministro de Educación Víctor Hugo Cárdenas.
"No hay forma de hacer clases virtuales, mis alumnos no saben manejar un celular. Además, las casas están dispersas y hay que caminar kilómetros. Por eso los visito para dejarles tareas y revisarlas", dijo León.
Agregó que en Loman "no hay cuarentena. La gente camina normal, los niños ayudan en la cosecha. El virus no ha llegado y por eso la gente es incrédula. Mis alumnos se asustan cuando les digo que la pandemia está provocando muerte. Sólo escuchan, son inocentes, no son curiosos como en la ciudad".
En Bolivia la mayoría de los casos de COVID-19 se concentran en las ciudades grandes y pequeñas. Hasta el miércoles se han reportado 4 mil 292 infectados y 189 decesos. En Sucre, capital de Chuquisaca, se han registrado 19 casos, uno de ellos en una zona rural a unos 200 kilómetros de Cororó.
El país hace frente a la pandemia en medio de protestas en reclamo de que se suspenda la cuarentena, críticas a las autoridades y escándalos de presunta corrupción en la compra de equipos, lo que está mermando la credibilidad de la presidenta interina Jeanine Áñez.
dezr
LA PAZ.- Las clases por internet se ha vuelto corrientes en épocas del nuevo coronavirus. Pero en una remota región de los andes bolivianos adonde recién llegó la electricidad, un maestro camina varios kilómetros por empinados senderos para llevar la tarea a sus alumnos desde que el gobierno declaró la cuarentena hace casi dos meses.
"Los niños me escuchan sorprendidos e incrédulos pero atentos cuando les hablo del coronavirus en quechua. Sus padres piensan que el virus es un invento del gobierno y no comprenden por qué todo está parado", contó por teléfono a The Associated Press Wilson León, un maestro rural de una escuela de 12 alumnos de entre 10 y 13 años en la provincia de Chuquisaca, al sur del país.
En el caserío de la comunidad Loman habitan 120 familias, todos indígenas pobres que viven de la siembra de trigo, maíz y algunas frutas en las pendientes entre la puna y el valle. Sólo algunos padres tienen celulares y para hacer una llamada deben trepar las lomas para captar señal. No hay internet y la electricidad llegó hace poco, explicó León, que vive en el pueblo de Cororó, a 60 kilómetros, junto a su esposa y una hija pequeña.
En las ciudades y pueblos los maestros imparten clases por la red desde que se declaró la cuarentena el 20 de marzo, pero en las apartadas zonas rurales, alumnos y docentes quedaron librados a su suerte. El gobierno planea usar la radio, la televisión e internet para continuar la enseñanza ante un incierto reinicio de clases, dijo el ministro de Educación Víctor Hugo Cárdenas.
"No hay forma de hacer clases virtuales, mis alumnos no saben manejar un celular. Además, las casas están dispersas y hay que caminar kilómetros. Por eso los visito para dejarles tareas y revisarlas", dijo León.
Agregó que en Loman "no hay cuarentena. La gente camina normal, los niños ayudan en la cosecha. El virus no ha llegado y por eso la gente es incrédula. Mis alumnos se asustan cuando les digo que la pandemia está provocando muerte. Sólo escuchan, son inocentes, no son curiosos como en la ciudad".
En Bolivia la mayoría de los casos de COVID-19 se concentran en las ciudades grandes y pequeñas. Hasta el miércoles se han reportado 4 mil 292 infectados y 189 decesos. En Sucre, capital de Chuquisaca, se han registrado 19 casos, uno de ellos en una zona rural a unos 200 kilómetros de Cororó.
El país hace frente a la pandemia en medio de protestas en reclamo de que se suspenda la cuarentena, críticas a las autoridades y escándalos de presunta corrupción en la compra de equipos, lo que está mermando la credibilidad de la presidenta interina Jeanine Áñez.
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"No hay forma de hacer clases virtuales, mis alumnos no saben manejar un celular. Además, las casas están dispersas y hay que caminar kilómetros. Por eso los visito para dejarles tareas y revisarlas", dijo León.
Agregó que en Loman "no hay cuarentena. La gente camina normal, los niños ayudan en la cosecha. El virus no ha llegado y por eso la gente es incrédula. Mis alumnos se asustan cuando les digo que la pandemia está provocando muerte. Sólo escuchan, son inocentes, no son curiosos como en la ciudad".
En Bolivia la mayoría de los casos de COVID-19 se concentran en las ciudades grandes y pequeñas. Hasta el miércoles se han reportado 4 mil 292 infectados y 189 decesos. En Sucre, capital de Chuquisaca, se han registrado 19 casos, uno de ellos en una zona rural a unos 200 kilómetros de Cororó.
El país hace frente a la pandemia en medio de protestas en reclamo de que se suspenda la cuarentena, críticas a las autoridades y escándalos de presunta corrupción en la compra de equipos, lo que está mermando la credibilidad de la presidenta interina Jeanine Áñez.
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