Policía que ganó reto de lagartijas se prepara para los Juegos Paralímpicos de Tokio

ESPECIAL.- Su pasión por el deporte vibra tanto en su corazón que se atrevió a aceptar la prueba. "¡Pablo! ¡Pablo!, ven que te están retando", gritaban sus compañeros. Cerca de las 10:00 horas del 3 junio, dueños de gimnasios protestaban en el Zócalo de la Ciudad de México, cuando uno de ellos se acercó a los oficiales de Tránsito preguntando "quién era el bueno" para aguantarle una ronda de ejercicio.

A lo lejos, el Policía Segundo Pablo Ramírez, de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), vio la situación y se percató que uno de los manifestantes cargó a un oficial e hizo sentadillas con él, por lo que decidió acercarse a ver lo que pasaba, pero en ese momento uno de los que protestaba lo retó a una ronda de lagartijas frente a todos y en pleno circuito de la Plaza de la Constitución.

"Yo estaba trabajando en la plancha del Zócalo y estábamos cubriendo dos manifestaciones dando atención vial, y en eso me volteo y uno de mis compañeros estaba ahí con uno de los manifestantes, pero a lo lejos veo que lo carga y empieza a hacer sentadillas con él arriba y en eso me acerqué a ver qué es lo que estaba sucediendo y cuando llegué, me gritan otros compañeros ‘¡Pablo! ¡Pablo!, ven que te están retando’ y les dije quién o por qué.

"Cuando me acerqué me dijeron que me estaban retando a hacer lagartijas y acepté el reto porque me gusta el deporte y dije ‘¡Sí!, ¿quién es el bueno?’ En eso sale uno de los 'vatos' de la manifestación 'bien mamado' y me dijo ‘Yo soy el bueno’ y la verdad que cuando lo vi dije ‘¡Ah va, vamos a aventarnos el reto!’ Nos pusimos en posición de lagartija y empezamos", platica a MILENIO.

'¿O tu pierna o tu vida?'

Hace ocho años, Pablo perdió su pierna izquierda, la cual le fue amputada tras adquirir una bacteria a consecuencia de un accidente automovilístico cuando tenía 20 años. Era su día de descanso en la corporación, cuando conducía una motocicleta y quedó prensado entre dos automóviles.

Derivado de aquel percance sufrió una fractura expuesta de fémur y estuvo hospitalizado cuatro meses en los que fue sometido a 28 operaciones. "Los doctores me dijeron '¿Sabes qué Pablo?, ¿o tu pierna o tu vida?, y tuve que tomar esa decisión y aquí seguimos dándole".

"¡Ya está! ¡A tu ritmo, ya se ve cansado!"

Hoy, el Policía Segundo se alista para un reto más: competir en Juegos Olímpicos de Tokio 2021 pues además es atleta paralímpico de la selección mexicana de remo.

Su pasión por este deporte nació en 2016 incluso ha participado en en una regata en Italia donde logró una medalla de plata y de bronce. Recuerda que el viernes pasado, los ánimos sobre la Plaza de la Constitución eran tantos que eso le motivaba a no desistir el reto aunque "ya pesaban las lagartijas", pero sus amigos le gritaban ‘¡Vamos, tú puedes!’ ¡Ya está! ¡Ya está!, a tu ritmo, ya se ve cansado’.

"Volteé a ver al vato éste y ya se veía cansado y con las porras que me estaban echando y cuando menos veo el chavo ya se había vencido y pues yo tenía un poquito más de energía y le regalé tres lagartijas más; uno está bien enganchado en el reto y lo que quiere es aguantar más y solamente me animaron mucho las porras que me hicieron mis compañeros y pasó lo que tenía que pasar".

Una vez que acabó la prueba, el joven que lo había retado reconoció el triunfo de Pablo, pero más el ser un policía que a pesar de su discapacidad demostró que en la Ciudad de México hay oficiales cómo él tan capaces para todo.

"Me felicitó porque se dio cuenta que tenía una discapacidad de mi pierna. ‘Hermano, te felicito; es un honor haber hecho este reto contigo’, me dijo. Nos tomamos una foto y lo que empezó como un reto terminó en una convivencia sana y él y toda su gente amablemente se retiraron. Esto me dejó una experiencia buena como servidor público (...) dije qué bueno que ganamos, pero como le dije a mis compañeros que no había ganado yo: ganó la policía".

Entre las filas de la SSC, Pablo Ramírez es un elemento admirado por sus compañeros y quien se siente muy apoyado por ellos y su familia, pues lo ven "como alguien de admirar y un ejemplo a seguir".

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ESPECIAL.- Su pasión por el deporte vibra tanto en su corazón que se atrevió a aceptar la prueba. "¡Pablo! ¡Pablo!, ven que te están retando", gritaban sus compañeros. Cerca de las 10:00 horas del 3 junio, dueños de gimnasios protestaban en el Zócalo de la Ciudad de México, cuando uno de ellos se acercó a los oficiales de Tránsito preguntando "quién era el bueno" para aguantarle una ronda de ejercicio.

A lo lejos, el Policía Segundo Pablo Ramírez, de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), vio la situación y se percató que uno de los manifestantes cargó a un oficial e hizo sentadillas con él, por lo que decidió acercarse a ver lo que pasaba, pero en ese momento uno de los que protestaba lo retó a una ronda de lagartijas frente a todos y en pleno circuito de la Plaza de la Constitución.

"Yo estaba trabajando en la plancha del Zócalo y estábamos cubriendo dos manifestaciones dando atención vial, y en eso me volteo y uno de mis compañeros estaba ahí con uno de los manifestantes, pero a lo lejos veo que lo carga y empieza a hacer sentadillas con él arriba y en eso me acerqué a ver qué es lo que estaba sucediendo y cuando llegué, me gritan otros compañeros ‘¡Pablo! ¡Pablo!, ven que te están retando’ y les dije quién o por qué.

"Cuando me acerqué me dijeron que me estaban retando a hacer lagartijas y acepté el reto porque me gusta el deporte y dije ‘¡Sí!, ¿quién es el bueno?’ En eso sale uno de los 'vatos' de la manifestación 'bien mamado' y me dijo ‘Yo soy el bueno’ y la verdad que cuando lo vi dije ‘¡Ah va, vamos a aventarnos el reto!’ Nos pusimos en posición de lagartija y empezamos", platica a MILENIO.

'¿O tu pierna o tu vida?'

Hace ocho años, Pablo perdió su pierna izquierda, la cual le fue amputada tras adquirir una bacteria a consecuencia de un accidente automovilístico cuando tenía 20 años. Era su día de descanso en la corporación, cuando conducía una motocicleta y quedó prensado entre dos automóviles.

Derivado de aquel percance sufrió una fractura expuesta de fémur y estuvo hospitalizado cuatro meses en los que fue sometido a 28 operaciones. "Los doctores me dijeron '¿Sabes qué Pablo?, ¿o tu pierna o tu vida?, y tuve que tomar esa decisión y aquí seguimos dándole".

"¡Ya está! ¡A tu ritmo, ya se ve cansado!"

Hoy, el Policía Segundo se alista para un reto más: competir en Juegos Olímpicos de Tokio 2021 pues además es atleta paralímpico de la selección mexicana de remo.

Su pasión por este deporte nació en 2016 incluso ha participado en en una regata en Italia donde logró una medalla de plata y de bronce. Recuerda que el viernes pasado, los ánimos sobre la Plaza de la Constitución eran tantos que eso le motivaba a no desistir el reto aunque "ya pesaban las lagartijas", pero sus amigos le gritaban ‘¡Vamos, tú puedes!’ ¡Ya está! ¡Ya está!, a tu ritmo, ya se ve cansado’.

"Volteé a ver al vato éste y ya se veía cansado y con las porras que me estaban echando y cuando menos veo el chavo ya se había vencido y pues yo tenía un poquito más de energía y le regalé tres lagartijas más; uno está bien enganchado en el reto y lo que quiere es aguantar más y solamente me animaron mucho las porras que me hicieron mis compañeros y pasó lo que tenía que pasar".

Una vez que acabó la prueba, el joven que lo había retado reconoció el triunfo de Pablo, pero más el ser un policía que a pesar de su discapacidad demostró que en la Ciudad de México hay oficiales cómo él tan capaces para todo.

"Me felicitó porque se dio cuenta que tenía una discapacidad de mi pierna. ‘Hermano, te felicito; es un honor haber hecho este reto contigo’, me dijo. Nos tomamos una foto y lo que empezó como un reto terminó en una convivencia sana y él y toda su gente amablemente se retiraron. Esto me dejó una experiencia buena como servidor público (...) dije qué bueno que ganamos, pero como le dije a mis compañeros que no había ganado yo: ganó la policía".

Entre las filas de la SSC, Pablo Ramírez es un elemento admirado por sus compañeros y quien se siente muy apoyado por ellos y su familia, pues lo ven "como alguien de admirar y un ejemplo a seguir".

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