Policías capitalinos impidieron el ingreso peatonal y vehicular, salvo a aquellos peatones que acreditaban su acceso mediante credenciales o identificaciones que demostraban que eran trabajadores de algún edificio de Gobierno.
Por fortuna, el operador escuchó el golpe aunado a que peatones le gritaron que dejara de avanzar, evitando así que el joven de aproximadamente 25 años fuera aplastado.
A decir de empleados de negocios aledaños, la tapa se habría vencido y cayó al fondo de la alcantarilla de aproximadamente cuatro metros de profundidad.