La casa se había levantado con gran esfuerzo por el matrimonio conformado por María del Carmen y Pablo quienes sacan adelante a sus hijos de 10 y 2 años de edad con la recolección de basura.
Desde el comienzo de la pandemia fueron limitados a trabajar solamente dos días por cada una de las cuatro agrupaciones que operan el relleno sanitario.
Pese a forman parte de los sectores más vulnerables de la población, "no toman medidas especiales" y afirman que "de las personas que viven en el tiradero, no se han enterado de ningún caso de contagio, ni siquiera de resfriados".