El 11-S cambió las medidas de seguridad; hoy el FBI detiene en los cruces a personas “razonablemente sospechosas” de estar involucradas en ese tipo de delitos.
El presidente López Obrador habla de una participación y pide un informe a Ken Salazar; Carlos Joaquín niega el operativo y dice que solo habrá intercambio de información.
Aseguró que no se opone a que se trabaje de manera coordinada con agentes extranjeros siempre que haya información de por medio y no se viole la soberanía nacional.
Anuncia el gobernador “visita” de agentes de esas corporaciones para revisar los recientes homicidios e intercambiar información sobre mafias en la zona.