Tarde triunfal en el homenaje al matador en retiro Jorge Gutiérrez

Emotivo resultó el cuarto festejo de la Feria de Aniversario 2023, fue una tarde de momentos vibrantes que calaron hondo en los cinco mil aficionados que acudieron a la Plaza Nuevo Progreso.

Fueron Cuatro momentos sobresalientes que por sí solos, justificaban lo pagado. Se vio al matador de toros en retiro, Jorge Gutiérrez, paladear centímetro a centímetro la vuelta al ruedo que dio en sus 45 años de alternativa, arropado por “su” afición; al picador, Mauro Prado, erguido aguantando en dos ocasiones la embestida de largo de Magistrado de la ganadería de Pozo Hondo; a un Antonio Ferrera, generoso, que incentivó el brillo en los tres tercios de la faena; y por último, a Diego San Román, que con el lote menos potable, inventó faenas que pusieron la plaza al rojo vivo.

Antonio Ferrera, con su primero, realizó un trasteo variado de capa y muleta, intercalando molinetes invertidos, pases de la firma, del desdén y toreando al natural “sin el ayudado” por ambos lados. Se perfiló a matar de largo pinchando en dos ocasiones y todo terminó en ovación y arrastre lento al toro.

Con el cuarto, volvió a demostrar lo novedoso de su repertorio, en una faena llena de temple y de pases con la mano baja que arrancaron los olés del tendido, pases templados, lentos, tan lentos como hondos, mató de entera en lo alto cortando dos merecidas orejas. El toro fue homenajeado con arrastre lento.

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Héctor Gutiérrez estuvo valiente con su primero Cabuche, al cual le faltó transmisión.

Y el quinto, Merengón, no tenía un pase y todos los intentos de Héctor por sobresalir fueron en vano.

Diego San Román, salió con dos orejas en la espuerta y una cornada en el escroto, asegurando la repetición en la corrida de triunfadores. En sus dos trasteos, San Román, puso la bravura que le faltaron a sus oponentes, fueron dos trasteos que no prometían debido a las condiciones de los toros, y sin embargó, Diego, a base de valor y de porfiar, provocó que el exigente público se le entregara sin miramientos. Al primero lo pasaportó teniendo que recurrir al descabelle y al cierraplaza lo mató de una estocada en lo alto. Oreja en cada uno.

Al concluir el paseíllo, Jorge Gutiérrez recibió reconocimientos de parte de la Empresa, del director de la revista La Temporada y de La Peña Mal de Montera.

Rja